De despedidas, pérdidas y duelos
Mantendremos el contacto. Quedaremos a comer. Puedes llamarme cuando quieras.
¿Por qué me suenan tan vacías todas esas palabras, incluso antes de que nos llegue el día de pronunciarlas? ¿Por qué es pensar en ellas y hacérseme un nudo en la garganta, empanyárseme los ojos, voz que no encuentra el camino al exterior, quebrada antes de salir?
Voy haciéndome a la idea de la enorme pérdida que tengo por delante, a apenas dos pasos de mí, de nosotras. Voy concienciándome de que en breve no tendré que quejarme de lo que me cuesta levantarme por las manyanas, porque no tendré trabajo al que ir y dará todo (más) igual. Intento ir asimilando que el sitio al que he dedicado anyos de mi vida, en el que he compartido y aprendido tanto, está deshaciéndose y próximo a desaparecer.
Pero el duelo es doble. Por ese lugar, lo aprendido en él, las experiencias vividas, los recuerdos acumulados... y porque hoy me he dado cuenta del punyado de gente al que sólo veo en el trabajo. De gente a la que puedo decir que tengo más que afecto, más que aprecio, gente que me ha ensenyado tanto, que me ha apoyado, me ha entendido, con la que conecto, gente a la que quiero. Que en el trabajo puedo contar a esas personas con los dedos de una mano, sí, pero es la mano que me van a amputar. Y no quiero. Y es lo que hace que el duelo sea doble, la pérdida elevada al cuadrado.
Mantendremos el contacto. Quedaremos a comer. Puedes llamarme cuando quieras.
Palabras huecas, promesas que se incumplirán, papel mojado. Doble duelo, doble pérdida, doble despedida. Partidas perdidas a pesar del esfuerzo invertido en ellas.
Mantendremos el contacto. Que no, que no me lo creo. Que voy a perderos. Y que no sé con qué fuerza voy a cargar con otro agujero así de grande aquí dentro. Porque los agujeros -curioso- pesan mucho, muchísimo más, que el relleno. Y yo, a fuerza de agujeros, me voy deshaciendo también.
¿Por qué me suenan tan vacías todas esas palabras, incluso antes de que nos llegue el día de pronunciarlas? ¿Por qué es pensar en ellas y hacérseme un nudo en la garganta, empanyárseme los ojos, voz que no encuentra el camino al exterior, quebrada antes de salir?
Voy haciéndome a la idea de la enorme pérdida que tengo por delante, a apenas dos pasos de mí, de nosotras. Voy concienciándome de que en breve no tendré que quejarme de lo que me cuesta levantarme por las manyanas, porque no tendré trabajo al que ir y dará todo (más) igual. Intento ir asimilando que el sitio al que he dedicado anyos de mi vida, en el que he compartido y aprendido tanto, está deshaciéndose y próximo a desaparecer.
Pero el duelo es doble. Por ese lugar, lo aprendido en él, las experiencias vividas, los recuerdos acumulados... y porque hoy me he dado cuenta del punyado de gente al que sólo veo en el trabajo. De gente a la que puedo decir que tengo más que afecto, más que aprecio, gente que me ha ensenyado tanto, que me ha apoyado, me ha entendido, con la que conecto, gente a la que quiero. Que en el trabajo puedo contar a esas personas con los dedos de una mano, sí, pero es la mano que me van a amputar. Y no quiero. Y es lo que hace que el duelo sea doble, la pérdida elevada al cuadrado.
Mantendremos el contacto. Quedaremos a comer. Puedes llamarme cuando quieras.
Palabras huecas, promesas que se incumplirán, papel mojado. Doble duelo, doble pérdida, doble despedida. Partidas perdidas a pesar del esfuerzo invertido en ellas.
Mantendremos el contacto. Que no, que no me lo creo. Que voy a perderos. Y que no sé con qué fuerza voy a cargar con otro agujero así de grande aquí dentro. Porque los agujeros -curioso- pesan mucho, muchísimo más, que el relleno. Y yo, a fuerza de agujeros, me voy deshaciendo también.
10 Susurros:
Te entiendo a la perfección, a mi los cambios, las despedidas me duelen muchisímo, supongo que estoy hecha de una madera débil. Tal vez duele porque sabemos que esas palabras son un decir, en realidad poco seguimos frecuentándonos después de un trabajo, de cualquier despedida. Llora, aprende de todo lo vivido y sigue adelante, el dolor poco a poco se hace menos.
Hay muchisíma gente en el mundo, te toca conocer a los que siguen, dales oportunidad de llegar a tí. :)
Las despedidas también nos hacen crecer. Sé que ahora es difícil para ti, porque estás iniciando tu luto, y como toda perdida, duele.
El tema del apego a las cosas y las personas, de saber desprenderse, es uno de los más complicados de la vida...así que ánimo y como dice una buena amiga: Ante la inactividad sé creativa!
El agujero se alimenta de ti misma, trata de llenarlo de nuevas vivencias, persona, experiencias...dentro de nada verás hacia atrás y sólo quedará un buenísimo recuerdo de esas personas, de ese trabajo, de todo lo que has creado y creido.
Un abrazo y ánimo
<>
Odio esas frases porque dejan el regusto amargo de las despedidas de verdad.
Prefiero despedirme como si fuese a verte mañana y que un día cualquiera suene el móvil...
En estos casos las palabras se me quedan anudadas en la garganta y las lágrimas me nublan la vista. Solo puedo sonreír como una idiota, sin articular palabra. Lo paso francamente mal.
He visto marcharse a muchos compañeros a lo largo de los años, y te puedo decir que todos y cada uno de ellos han dejado en mí un vacío al principio, que con el tiempo se ha ido cerrando a modo de cicatriz. Es tan duro para el que se va como para el que se queda... es una pérdida mútua. Depende de nosotros, de ambos, el que no sea una pérdida definitiva.
¡Ánimo y a por la cubitera!
Bueno, entre el paréntesis había copiado las primeras tres frases del post, pero han desaparecido.
Eso.
Yo he aprendido a no decirlas, o más bien a decir "me encantaría que mantuviéramos el contacto pero sé que es del todo imposible, así que no digo nada para luego no incumplir" porque me he dado cuenta de que la vida nos lleva por caminos diferentes y es complicado mantener el contacto con todas las personas con las que tropezamos, de las que nos encariñamos y de las que después nos alejamos por tomar caminos diferentes. Antes me dolía, pero ahora me doy cuenta de que en el camino que voy andando, hacia delante, también encuentro otras personas nuevas de las que también me encariñaré y después me alejaré...
Justo ayer me encontré en un supermercado con una ex-compañera de trabajo a la que tenía mucho aprecio porque nos llevábamos muy bien, cogimos mucha confianza trabajando juntas... nos dimos un abrazo largo en el que nos dijimos (sin palabras) lo mucho que nos alegrábamos de vernos y lo mucho que nos echábamos de menos, y al despedirnos supimos que no volveríamos a vernos en mucho tiempo, pero no dolió... me alegré de verla.
Creo que a mí me pasaría igual en tu situación. Sin embargo, creo que las cosas pasan por alguna razón y seguro que hay algo muy bueno esperándote a la vuelta de la esquina. Suerte.
Papel mojado... ^_´
Somos animales de costumbres, así que creéme cuando te digo que lo 1ro. que extrañarás será el levantarte siempre a la misma hora, el pensar qué te vas a poner y arrancar la rutina diaria con el café-té a medio tragar, etc., etc.
Así que intenta inventarte desde ya tu nueva rutina, antes de que te conviertas en zombie de día, con pijama-chandal como uniforme y el pelo recogido en una pinza... sí, me ha pasado, la buena noticia es que se sobrevive. Aprovecha el reset y a por lo siguiente.
ñ_ñ
Siempre que me ocurre algo así me digo que todo ocurre por alguna razón, como ya te han comentado aquí. Lo cierto es que lo que más duele es precisamente la frase que has puesto, y el saber la gran mentira que es, pues por algún motivo somos incapaces de continuar la relación fuera del trabajo, como si esa "amistad" surgida entre nosotros no fuera capaz de sobrevivir si nos sacan de temas de trabajo y nos trasladan al plano personal.
Hace poco que dejé mi empleo, y esta vez, por primera vez, un compañero fue capaz de traspasar ese limite invisible y me llamó, quedamos y pasamos un día juntos de comida, charla y diversión, sintiendo que por una vez sería posible conservar a alguien más allá.
Todos los cambios duelen, y son dificiles de superar, pero una vez pasado el luto, todo tendrá otro color.
Te dejo esta frase que espero que te anime y te ayude a ver este cambio como una gran oportunidad:"El progreso consiste en el cambio." (Miguel Unamuno)
Ese párrafo final, me encanta.
Un saludo :)
No te desharás, Gacelita, tú y yo sabemos que cada vez eres más fuerte, :-)
Un abrazo.
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