Al final, como todo lo malo se acaba, mi chico volvió de su viaje por tierras lejanas, allá en Oriente. Yo le recibí con una pequenya sorpresa en casa: había comprado un árbol de Navidad que monté una tarde y adorné otra, ayudada por mi madre. No le puse luces, que no em gustan demasiado, pero sí tiene algo de espumillón plateado, y figuritas variadas, bolas rojas mates, bolas rojas brillantes, campanas plateadas, manzanas y piñas rojas, regalitos rojos también y pequenyos papásnoeles plateados, barbudos y barrigudos. Me quedó bien bonito -o eso pienso yo, que para eso es mi árbol-, y creo que fue una bonita sorpresa para mi chico. Yo no ponía árbol desde que me independicé.
Al final, también, compré a tiempo todos los regalos que pretendía comprar, y no necesité un rollo extra de papel de regalo, sino dos. También me animé a participar en un amigo invisible internetero, cuyo regalo envié ayer por la manyana, y estoy lista para recibir el mío.
Por otro lado, es tiempo de decisiones duras, no por la Navidad, sino porque se me acaba el tiempo en otros compartimentos de mi vida, y antes de que den sus propias campanadas, toca decidir y negociar cosas. Pero esto se me hace muy cuesta arriba, los puntos y finales y las despedidas nunca fueron aguas en las que yo supiera nadar, así que al menos lo voy a aparcar hasta el lunes. Estas fiestas son también las de tomar fuerzas y hacer acopio de valor para loq eu está por venir con el comienzo del anyo, pero creo que quizás también el que las cosas ya estén casi decididas y que al reloj de arena apenas le queden granos por caer puede ser una ventaja, una oportunidad de pasar página y seguir adelante con nuevos zapatos.
Y poco más. Hoy ha sido un buen día, y es imporante disfrutar de los días buenos, exprimirlos y sacarles el jugo. He envuelto regalos, hemos comido con una pareja de buenos amigos que también van a empezar pronto una nueva etapa y a los que espero acompanyar también en ella, he puesto lazos, me he juntado con casi toda mi familia y hemos comido, bebido -la crema de orujo que hemos llevado ha sido todo un éxito-, bailado, cantado canciones de cuando teníamos siete anyos, y nos hemos reído mucho. Luego hemos cerrado el chiringuito y hemos llegado a casa, donde hemos colocado los regalos bajo el árbol -un árbol hay que aprovecharlo!-, y me he puesto un momentillo a hacer este post que quería haber hecho esta tarde, o esta manyana, pero al final se me ha colado en la madrugada. Y manyana más, reparto de regalos incluido.
En fin. Que esta noche es Nochebuena, y manyana Navidad. Y que, igual que yo estoy intentando disfrutar de estas fechas, espero que también vosotros estéis encontrando momentos agradables en estos días. Porque no hay mejor manera de terminar el anyo que sonriendo; peleando y sonriendo, como me recordó un amigo del norte hace dos tardes.
Disfrutad, sonreíd, seguid en la lucha. Yo lo intento...
[Esta vez las dos fotos son mías. La primera, mi árbol -¡soy como una madre orgullosa!- con los regalos que esta noche hemos preparado, curiosidad atacando ya, y retándome a aguantar hasta manyana. La segunda, un munyeco de nieve navidenyo que tiene ya anyos y vino de tierras alemanas, esos mercadillos de Bonn, frío, nieve y vino caliente especiado. Si haces click, las dos imágenes se hacen más grandes... y poco más: Feliz Navidad :-) ]
Al final, también, compré a tiempo todos los regalos que pretendía comprar, y no necesité un rollo extra de papel de regalo, sino dos. También me animé a participar en un amigo invisible internetero, cuyo regalo envié ayer por la manyana, y estoy lista para recibir el mío.
Por otro lado, es tiempo de decisiones duras, no por la Navidad, sino porque se me acaba el tiempo en otros compartimentos de mi vida, y antes de que den sus propias campanadas, toca decidir y negociar cosas. Pero esto se me hace muy cuesta arriba, los puntos y finales y las despedidas nunca fueron aguas en las que yo supiera nadar, así que al menos lo voy a aparcar hasta el lunes. Estas fiestas son también las de tomar fuerzas y hacer acopio de valor para loq eu está por venir con el comienzo del anyo, pero creo que quizás también el que las cosas ya estén casi decididas y que al reloj de arena apenas le queden granos por caer puede ser una ventaja, una oportunidad de pasar página y seguir adelante con nuevos zapatos.
Y poco más. Hoy ha sido un buen día, y es imporante disfrutar de los días buenos, exprimirlos y sacarles el jugo. He envuelto regalos, hemos comido con una pareja de buenos amigos que también van a empezar pronto una nueva etapa y a los que espero acompanyar también en ella, he puesto lazos, me he juntado con casi toda mi familia y hemos comido, bebido -la crema de orujo que hemos llevado ha sido todo un éxito-, bailado, cantado canciones de cuando teníamos siete anyos, y nos hemos reído mucho. Luego hemos cerrado el chiringuito y hemos llegado a casa, donde hemos colocado los regalos bajo el árbol -un árbol hay que aprovecharlo!-, y me he puesto un momentillo a hacer este post que quería haber hecho esta tarde, o esta manyana, pero al final se me ha colado en la madrugada. Y manyana más, reparto de regalos incluido.
En fin. Que esta noche es Nochebuena, y manyana Navidad. Y que, igual que yo estoy intentando disfrutar de estas fechas, espero que también vosotros estéis encontrando momentos agradables en estos días. Porque no hay mejor manera de terminar el anyo que sonriendo; peleando y sonriendo, como me recordó un amigo del norte hace dos tardes.
Disfrutad, sonreíd, seguid en la lucha. Yo lo intento...
[Esta vez las dos fotos son mías. La primera, mi árbol -¡soy como una madre orgullosa!- con los regalos que esta noche hemos preparado, curiosidad atacando ya, y retándome a aguantar hasta manyana. La segunda, un munyeco de nieve navidenyo que tiene ya anyos y vino de tierras alemanas, esos mercadillos de Bonn, frío, nieve y vino caliente especiado. Si haces click, las dos imágenes se hacen más grandes... y poco más: Feliz Navidad :-) ]
Felices fiestas!!!
ResponderEliminar(te he dicho ya que estoy orgullosa de ti? n_n)
:-D
ResponderEliminarFelicérrimos días, que diría Forges.
Un abrazo.
Que nergía desprendes por Navidad, pues eso a vivir instantes!!
ResponderEliminarel árbol precioso y la crema de orujo, pena no catarla, seguro que de lujo.
Un abrazo
¿Lo intentas? yo creo que ya lo estás consiguiendo... te siento luchadora y también ganadora ¡¡tú puedes!! ¡¡ánimo!!
ResponderEliminarPor fin terminé de hincarle el diente a "Si supieras que nunca he estado en Londres...". El mío es mejón ;-P
ResponderEliminarPD: A tope con este 2011, eh?
El árbol te quedó chulísimo. Feliz año. He llegado tarde.
ResponderEliminarMe has contagiado felicidad con tu post :)
Gracias
Un beso
Noss a gustadoo tuu formaa dee escribir.
ResponderEliminarUn saludo,
nosotras tambien escribimos(: