A veces, aun en esta época buena, doy unos pasitos para atrás, no sé si por tomar impulso, por temor a ser (un poquito) feliz, o simplemente por las pequenyas subidas y bajadas que todos tenemos de cuando en cuando. Y al retroceder, aunque sean eso, dos-tres pasos, me asusto, me da miedo que lo que estoy construyendo no sea más que un castillo de cristal en el aire, y que se haga anyicos.
Dice Galeano (siempre Galeano, sí, ya sé que le traigo mucho por el blog, pero es que tiene la palabra justa, qué le vamos a hacer), en su libro "Días y noches de amor y de guerra":
Guerra de la calle, guerra del alma
Cada una de mis mitades no podría existir sin la otra. ¿Se puede amar la intemperie sin odiar la jaula? ¿Vivir sin morir, nacer sin matar?
En mi pecho, plaza de toros, pelean la libertad y el miedo.
En el mío, en mi cabeza más que en el pecho, pelea siempre la luz con la oscuridad, la locura con la sensatez, la enfermedad y la lucidez. Y aunque estoy en una fase luminosa, donde la mitad luz lleva las riendas, no puedo olvidar que la mitad tiniebla sigue detrás. Porque las dos son parte de mí.
Y a veces, no sé si por miedo, por costumbre o porque todos funcionamos así, una ráfaga de aire frío me recuerda que no todo es la calidez que ahora me envuelve, que las nubes siguen cerca, que la angustia puede volver y quitarme de un golpe el aire de los pulmones.
[La imagen que encabeza este post es "Mano derecha", de Antonio Mas, puedes visitar su galería de fotos + poemas, y no te pierdas la imagen en su tamanyo original para apreciar los detalles (y el poema que la acompanya).]
Aunque no en la totalidad de tus palabras, pero me he sentido identificada por el hecho de que ahora se debaten en mí dos mitades de mi carácter. Lo importante son tus ganas de seguir manteniéndote a flote. Ánimo. Beijinhos.
ResponderEliminarHace mucho leí en el blog de Saravá algo así: "Tengo un lobo blanco y un lobo negro en mi corazón. Y todo dependerá de a cuál alimente". Pues eso, :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Es muy difícil sentir el momento antes del salto eliminando la sensación de que se caerá...somos el único ser que sufre, es decir, que crea en la mente el posible dolor que no es, pero puede ser.
ResponderEliminarÁnimo, siente lo bueno mientras dure, y si algún día se acaba que sea bien pero bien sentido.
Un abrazo
Supongo que todos experimentamos alguna fractura a lo largo de nuestra vida: lo que el corazón nos dice y lo que la cabeza nos aconseja, lo que hemos de hacer y lo que queremos hacer... y el miedo, en estos casos es totalmente comprensible.
ResponderEliminarA veces, damos unos pasitos para atrás sin darnos cuenta. En otras ocasiones, nos impulsamos hacia adelante como si no hubiera un abismo, porque no lo vemos o no queremos verlo y el miedo se desvanece.
Intenta ser tú la que tome las decisiones y lucha por escuchar a tu corazón, porque lo único de lo que puedes arrepentirte en esta vida es de haber vivido escuchando sólo a tu cabeza.
Un saludo.
La unica certeza en el universo es que todo cambia. buena nota
ResponderEliminarHa veces hay que dar pequeños pasos atrás para coger impulso para saltar.
ResponderEliminarA veces ocurre que sientes que cada paso que das para adelante luego lo das para atrás, que no puedes permitirte ser feliz por que luego el mundo te hará pagarlo con infelicidad, pero supongo que son cosas de la vida.
Alguna vez leí por ahí una frase que me ha ayudado a menguar un poco el miedo a lo que pueda venir. Decía que la vida y sus emociones se asemejan a un Péndulo. Va y viene de un extremo a otro pero nunca se queda fijo en el punto medio.
ResponderEliminarCreo que parte de la vida es eso, luz y oscuridad. Aunque a veces pasamos por momentos de equilibrio es seguro que siempre nos estaremos moviendo entre dos emociones, alegría, tristeza. Supongo que la clave está en disfrutar intensamente ambas por igual, dejarlas que nos toquen y después dejarlas ir para cuando vuelvan de nuevo.
A final de cuentas la vida es un constante cambio. Somos equilibristas.
Un beso.
:)
ResponderEliminarpara tí solita. No te rindas nunca
Besoteeee
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ResponderEliminarHay veces que uno debe verse desde fuera, como si fuera su propio padre, y darse a sí mismo una bofetada cuando estamos haciendo el gilipoyas.
ResponderEliminarSi uno no puede, debe ser un amigo, un hermano, una pareja. Si ninguno de ellos puede, hay que rezar. Si ni Dios puede, hay que leer, investigar, usar las leyes universales de la ciencia. Si el conocimiento no puede, hay que autodestruirse. Si no somos capaces de autodestruirnos, hay que imitar a un ídolo. Si el único héroe disponible es Justin Bieber, hay que convertirse en nuestro propio héroe. Si no tenemos madera de héroe... entonces la cosa está dificil...
...si es que no sabes hacer algo hermoso con todo eso.
Felicidades. Un blog maravilloso.