Esperanza Vs. Recuerdos
"Parece más fácil morir de recuerdos que vivir de esperanzas"
La gente me dice que viva, que siga adelante, que hay razones, hay motivos para la lucha, para dar la batalla, para seguir esforzándome y, contra mar y corriente, seguir avanzando. Los días por separado, de uno en uno y sin que se amontonen, por favor, me vienen a decir algo similar, que un día -incluso un día duro como hoy, de esos de cerrar puertas tras de ti sin saber si habrá puertas futuras que abrir-, sólo un día de una vez, es manejable, es superable, es abarcable con los brazos abiertos, es escalable con mi pequenyo equipo de alpinismo. La gente y los días me dicen que continúe, que hay esperanza.
Esperanza.
Esperanza...
Pero yo tengo recuerdos que lo vuelven todo un poco más difícil. Recuerdos de cuánto me había costado llegar hasta donde estaba hacía unos meses, y cómo dejé el camino emborronado, imposible de seguirlo por segunda vez. Recuerdos que me dicen que ya he pasado por esto, que siempre vuelvo al mismo hoyo y me canso de trepar agarrándome con los dedos, llenando de tierra mis unyas. Tengo, por ejemplo, el recuerdo del descontrol de mis manos sobre mi piel, de las heridas abiertas por dentro y por fuera, y ese recuerdo suele querer volverse presente y tengo que estar ahí, despierta, alerta, parada con los brazos en jarras y diciendo un "no" bien alto, un "¡no puedes pasar!" al estilo de Gandalf el Gris plantado fuerte ante el Balrog de Moria.
Es tan fácil dejarse llevar por la desesperanza y la desgana, por el sofá que te atrapa y cuando te das cuenta no has hecho nada de nada en tu día libre, compromisos incumplidos, proyectos que te esperan en el ordenador y desde ahí te miran anhelantes. Es tan duro creer en una esperanza vaga de que "algo" podría mejorar, de que en un futuro indeterminado, incierto, no-preguntes-cuándo, podrías llegar a una estabilidad que no fuera tan frágil, tan precaria, tan endeble como ésta.
Parece más facil morir de recuerdos que vivir de esperanza. Porque los recuerdos son tangibles y a veces asustan pero otras arrullan y te cantan nanas mientras duermes sin despertar (o al menos no manyana, no hoy, no tan pronto, cinco minutos, ¿qué te cuesta?) Y la esperanza está ahí algunos días más luminosos, pero parece hecha del mismo algodón que las nubes, que con el primer viento se aleja.
Parece más fácil morir de recuerdos que vivir de esperanza. Y aún así, sin elecciones demasiado conscientes, sólo porque con un día más -sólo uno, no se me amontonen, ya les dije antes-, sí puedo, sólo porque avanzar a pasitos diminutos no me resulta imposible... yo sigo viviendo, no sé si a golpe de esperanza o valentía o tenacidad o simplemente un dejarse arrastrar por el río, que ha variado el rumbo un poco y por aquí no tiene tanto caudal como para ahogarme.
De hecho, en general parece más fácil morir (de recuerdos, o de tristeza, o de desamor, o de rabia, incluso como danyo colateral por alguna guerra imperialista porque tengas petróleo cerca) que vivir, siempre tan trabajoso, tan cuesta arriba, con tanta incertidumbre, con las prisas, con la crisis o con los brotes verdes que parecen estar por todas partes y yo no veo ni en pintura.
Difícil. Fácil.
Fácil. Difícil.
Pero sigo aquí. Con mis muchos recuerdos asesinos y mis pocas esperanzas vitalistas. Contra todos (mis) pronósticos.
Sigo aquí.
3 Susurros:
Me alegro de que (sigamos) por aquí... A pesar de nuestros propios pronósticos.
^_~
Me parece tan difícil que alguien que tenga toda esa capacidad para escribir, para expresarse... tenga tan poco amor por la vida... la vida es un sinfin de problemas, de sinsabores; pero son mas las cosas hermosas que hay, que tenemos al alcance, por las que vale la pena estar aquí, todos tenemos una buena y gran razón de vivir; de soñar, de ilusionarnos, son incontables las hermosas cosas de la vida... LA VIDA MISMA!
Me parece tan difícil que alguien que tenga toda esa capacidad para escribir, para expresarse... tenga tan poco amor por la vida... la vida es un sinfin de problemas, de sinsabores; pero son mas las cosas hermosas que hay, que tenemos al alcance, por las que vale la pena estar aquí, todos tenemos una buena y gran razón de vivir; de soñar, de ilusionarnos, son incontables las hermosas cosas de la vida... LA VIDA MISMA!
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