Me sonrió desde el primer momento. Y eso pudo con los nervios, y con la que en aquel momento tomé por seriedad inflexible de su companyero. Una sonrisa franca y sin dobleces, que se ha repetido desde entonces innumerables veces, siempre cálida y cercana.
Hoy hablábamos de mi miedo a los extranyos, de lo que me cuesta establecer nuevos vínculos, de cómo escojo palabras cuidadosamente y descarto otras muchas que no llegan a salir de mis labios, de lo cuesta arriba que se me hace una primera conversación. Pero sé que tengo gente a mi lado, y de alguna manera -que hoy no recuerdo y hasta me cuesta creer posible- me acerqué a ellos y los convertí de extranyos en amigos. Y con ellos hoy no hay esos miedos, ese control sobre lo que digo y lo que callo, esas murallas que sospecho que levanto yo sola, ese terror a ser juzgada que acaba por paralizarme. Un qué dirán siempre demasiado presente.
En un momento dado me ha arrancado una carcajada en medio de tanto pensar sobre cómo funciono y por qué funciono así y no de otra manera. Y me ha dicho que me ve pocas sonrisas, y que si es porque no es el espacio más propicio o porque realmente sonrío y me río poco. Pero yo me considero más bien risuenya, de (son)risa fácil -aunque tanto como lágrima fácil también-, y creo que cuando me siento en confianza, río bastante. Aunque es cierto que me cuesta sentir esa confianza, sentirme a gusto y dejarme llevar...
Pero ella me sonrió desde el primer momento, una sonrisa franca y cálida. Y eso me abrió puertas, me hizo sentir apoyada incluso antes de haber establecido los lazos que más tarde nos unirían.
Quizá no deba hacer esperar tanto las sonrisas, que al fin y al cabo no se agotan, es de las pocas cosas que se multiplican fácilmente y ni siquiera cuestan dinero. Quizá no sólo cuando esté en mi espacio y con mi gente, quizá puedan fluir incluso en situaciones un poco más complicadas. Sin forzarlas tampoco, no quiero pasar de restringir palabras a sonreír artificialmente... pero quizá simplemente enfrentarme con situaciones y personas nuevas más calmada, recordando que ya he hecho acercamientos otras veces, y algunos de ellos dieron los frutos que hoy tengo como amigos.
Hace unos días, le senyalé a mi chico la imagen de la luna en el cielo, que tenía la forma de la sonrisa del Gato de Cheshire, mirándonos entre las estrellas. Quizá deba dejarme acompanyar por esas sonrisas que me han dado fuerza otras veces, momentos de carcajadas como el de hoy o tantos otros, y de su mano, intentar sonreír incluso cuando no las tenga todas conmigo. Al fin y al cabo, tal vez alguien vea en mi sonrisa esa calidez que a mí un día me dio alas.
Hoy hablábamos de mi miedo a los extranyos, de lo que me cuesta establecer nuevos vínculos, de cómo escojo palabras cuidadosamente y descarto otras muchas que no llegan a salir de mis labios, de lo cuesta arriba que se me hace una primera conversación. Pero sé que tengo gente a mi lado, y de alguna manera -que hoy no recuerdo y hasta me cuesta creer posible- me acerqué a ellos y los convertí de extranyos en amigos. Y con ellos hoy no hay esos miedos, ese control sobre lo que digo y lo que callo, esas murallas que sospecho que levanto yo sola, ese terror a ser juzgada que acaba por paralizarme. Un qué dirán siempre demasiado presente.
En un momento dado me ha arrancado una carcajada en medio de tanto pensar sobre cómo funciono y por qué funciono así y no de otra manera. Y me ha dicho que me ve pocas sonrisas, y que si es porque no es el espacio más propicio o porque realmente sonrío y me río poco. Pero yo me considero más bien risuenya, de (son)risa fácil -aunque tanto como lágrima fácil también-, y creo que cuando me siento en confianza, río bastante. Aunque es cierto que me cuesta sentir esa confianza, sentirme a gusto y dejarme llevar...
Pero ella me sonrió desde el primer momento, una sonrisa franca y cálida. Y eso me abrió puertas, me hizo sentir apoyada incluso antes de haber establecido los lazos que más tarde nos unirían.
Quizá no deba hacer esperar tanto las sonrisas, que al fin y al cabo no se agotan, es de las pocas cosas que se multiplican fácilmente y ni siquiera cuestan dinero. Quizá no sólo cuando esté en mi espacio y con mi gente, quizá puedan fluir incluso en situaciones un poco más complicadas. Sin forzarlas tampoco, no quiero pasar de restringir palabras a sonreír artificialmente... pero quizá simplemente enfrentarme con situaciones y personas nuevas más calmada, recordando que ya he hecho acercamientos otras veces, y algunos de ellos dieron los frutos que hoy tengo como amigos.
Hace unos días, le senyalé a mi chico la imagen de la luna en el cielo, que tenía la forma de la sonrisa del Gato de Cheshire, mirándonos entre las estrellas. Quizá deba dejarme acompanyar por esas sonrisas que me han dado fuerza otras veces, momentos de carcajadas como el de hoy o tantos otros, y de su mano, intentar sonreír incluso cuando no las tenga todas conmigo. Al fin y al cabo, tal vez alguien vea en mi sonrisa esa calidez que a mí un día me dio alas.
Yo siempre he pensado que los corazones capaces de llenarse de sonrisas, también son capaces de llenarse de lágrimas... simplemente son corazones grandes que necesitan llenarse de sentimientos.
ResponderEliminarUno de los posts con los que más me identifico, aaaains...
ResponderEliminarGRACIAS.
Mks.
Preciosa reflexión. La risa forma parte de mi vida, tanto que no puedo pasar un día sin reir...
ResponderEliminarUn buen amigo, de esos con los que conectas, que sólo veo en fin de año, siempre dice:"Estos días que quedamos me río tanto que estoy ganando vida!"
Nunca he tenido problemas para conocer gente, soy un payasete bastante social, pero creo que la risa que más me llena es cuando me veo a mi mismo y me doy cuenta de lo que hago y cómo lo hago.
Eres afortunada de tener esos amigos y de poder compartir esos momentos de luna con alguien tan especial...
Un abrazo y mil (Son)risas.
Woooo, el cielo nos sonríe. Nunca lo había pensado de esa manera. :D
ResponderEliminarPD. Yo sonrío hasta a los subnormales, no lo puedo evitar, desconocidos o no, mátales con una sonrisa (ji-ji).
Me gusta el diseño gráfico y la navegación del sitio, agradable a la vista y buen contenido. otros sitios son demasiado llena de suma
ResponderEliminarINTERESANTE REFLEXIÓN. LA RISA ES VIDA. LOS AMIGOS EL TESORO MÁS IMPORTANTE COMO DICE UNA GRAN AMIGA MIA.
ResponderEliminarME GUSTÓ
SALUDOS
Nunca a de negarse una sonrisa,es una caricia al alma
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