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domingo, diciembre 16, 2012

De limitaciones y retos

No sé si ser consciente de mis limitaciones a veces acaba limitándome más... Yo que creo conocerme bastante, sé que los cambios, aun pequenyos, me producen una angustia de la que se ata al pecho, así que a veces evito enfrentarme a ellos y los esquivo, y me quedo con aquello de "más vale malo conocido que bueno por conocer" simplemente porque lo desconocido me aterra y paraliza.

O eso creo. Porque esta semana en la que un cambio (que ni siquiera era tal, porque realmente era sólo la posibilidad de un hipotético cambio futuro) planeaba por mi cielo, decidí no mirarlo sólo con mis ojos y pedir la visión de mi entorno, de ese punyado de personas del que he tenido la suerte de rodearme. Algunos me conocen -conocéis- mucho, otros han llegado cerca hace menos tiempo y quizá me conozcan menos, pero en un ámbito distinto... y aunque aún no lo creo del todo, o no acabo de entenderlo, todos ellos me aprecian. 

Y la visión de mi entorno, como digo... era otra. Porque como una de ellas me recordó, tanto miedo no me darán los cambios cuando dedico tanto tiempo a conseguirlos, sábado tras sábado en la plaza, domingo tras domingo en la calle, peleándonos un manyana diferente. Y tampoco parece que nunca sepa adaptarme a los cambios, porque este último anyo y medio, que ha estado hasta arriba de novedades, de personas y sonrisas nuevas, de ocupaciones distintas... no sólo no ha hecho que renazca la angustia aquí dentro sino que ha afianzado mi estabilidad, regalándome una fortaleza que creía totalmente ajena.

Es curioso verse en los ojos de quienes nos rodean. Verse útil y verse fuerte. E incluso -oh, sorpresa-, reconocerse así, útil y fuerte en ellos. 

Así que ahí estoy, dispuesta a tocar nuevas melodías. Sé que yo, tan consciente de mis limitaciones como soy, miro al final de mis brazos y no encuentro manos que puedan tocar este piano ante el que me he sentado. Pero mi gente confía en mí, y tal vez yo también empiezo a confiar... y mira, ¿no parecen crecer las manos solas, no empiezan a moverse los dedos, no es música lo que se oye?

[La imagen que encabeza este post es de Luke Chueh, puedes acceder a su página haciendo click en su nombre]

6 comentarios:

  1. Como dice una canción de 'La habitación roja', "Lo desconocido es brutal, pero es mucho peor saber que ya nada va a cambiar".
    Ánimo.

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  2. Comparto la opinión con Guillermo. ¡Ánimo! ;)

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  3. Jolín, cómo me alegra saber que tú has escrito de ti misma las palabras útil y fuerte... sí señor!!! muy bien!!!

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  4. Sentir, saber que se siente, ponerle nombre y actuar acorde.

    Camina Gacela, camina forjando músicas con palpitar del corazón.

    Abrazos

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  5. :) me gusta tu tono, me gusta leerte así, adelante mi valiente! siempre adelante!

    un abrazo

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