Artista: Leslie Balleweg |
Traigo aquí una entrada más cortita de lo que suelo (en mi legendaria capacidad de concisión), porque quería dejar en el blog unas líneas sobre el estupendo libro que es Barrionalismo, de Luis de la Cruz (a quien yo aún tengo en la cabeza más a menudo como El Tránsito que como su nombre real, no sé si a alguien más le pasará esto), aunque no creo poder transmitirlo en unas líneas realmente.
No estoy pudiendo leer tanto como querría desde hace ya demasiado, no tanto por falta de tiempo sino porque a menudo me cuesta entender lo que leo, a veces con lo que yo misma escribo me pasa, y avanzo a trocitos, a semanas que doy bocaditos a libros que empecé hace tiempo; y otras semanas que me refugio en libros que se me hacen más fáciles, cómics o literatura infantil sacada de la biblioteca o relatos que leo en voz alta para entender mejor (y algunos de los cuales grabo y subo online porque eso me ayuda a no sentirme mal cuando necesito leer en voz alta, aunque no es un motivo para reprocharme nada pero cuando la cabeza se asienta en el reproche encuentra mil cosas a las que agarrarse).
En Barrionalismo, editado por DeCordel (pequeño proyecto editorial independentísimo en el que está embarcado el propio Luis junto a otras cuatro o seis manos más) me encanta cómo ha construido un ensayo que no nos pretende urbanistas ni historiadores; que podemos leer sin ningún diploma en la pared ni en el armario porque ni la pretensión del libro ni del autor parece ser mostrarnos todo el rato lo mucho que sabe, así nos enteremos de lo que nos cuenta, así no. Y esto parece obvio y para mí debería ser la norma al escribir cualquier ensayo, o al menos ser siempre visto como un valor, su accesibilidad, pero no tengo tan claro que siempre se entienda así (y mucho menos que se practique).
Así que de una manera prácticamente siempre amable de leer, no hostil, sin "palabros", el libro nos va hablando del barrio ligándolo a comunidad, lucha vecinal y apoyo mutuo; memoria del barrio y qué significa intentar borrarla o defenderla; gentrificación con y sin hípsters; las políticas de vender miedo a nuestros vecinos e imponer seguridad; el urbanismo defensivo que impide el encuentro y "limpia" las calles, y qué respuestas colectivas ante ello se organizan... Las muchas resistencias de hoy y ayer, las grietas por las que se cuelan posibilidades de acción colectiva, se llamen 15M, Motín de Blablablá, Asociación Vecinal Dubidubi o sea simplemente que tú y yo mañana o pasado, nos encontremos o no en el camino, sigamos tejiendo redes y haciendo barrio, porque nos va tanto-tanto en ello.
Me pareció muy interesante también la mención -lástima que de pasada, pero aún así se agradece que se recoja- a la psiquiatría como el elemento de control social que viene siendo desde hace tanto, nombrando en el libro cómo la patologización de la figura del "golfo" (pillos, niños vagabundos, chavales pobres en definitiva, que vivían en los márgenes de lo normativo...) hizo que ese colectivo fuera frecuentemente encerrado en manicomios, cárceles, correccionales. La psiquiatría siempre echando un cable a la pacificación social legitimando el encierro y el maltrato, oh sorpresa, no se podía saber.
El libro me pareció super recomendable, por si no se ha notado mi opinión a favor de que lo compréis y regaléis, lo busquéis y pidáis en bibliotecas, lo uséis en clubs de lectura y podáis pensarlo y disfrutarlo en vuestros colectivos de reflexión y transformación social.
Para más info...
"El barrio es un buen lugar para reagruparse, cuidarse y rearmarse frente al viento helado del neoliberalismo", entrevista en ElDiario.es, 22/10/2018
Luis de la Cruz: "Existe el uso totalmente estigmatizado de la palabra barrio", en AlicantePlaza, 12/05/2019
Barrionalismo e historiografía: una reivindicación personal (también por Luis de la Cruz, en SerHistorico.net, 19/10/2018)
Presentación del libro en La Conce el 1/02/2019 (video)
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