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jueves, octubre 28, 2010

Puzzle incompleto

Somos un conjunto de características, de recuerdos, de deseos, de frustraciones, de mil cosas que hacen de nosotros la persona que somos. Somos un puzzle a medio terminar, un puzzle del que vamos perdiendo algunas piezas por el camino y encontrando otras. Siempre a medio hacer, siempre reinventándonos.

Las fichas que nos componen son muy variadas y no siempre podemos elegirlas (lo que quiere decir que, otras muchas veces, sí que podemos deshacernos de aquello que no nos gusta, y cambiarlo). Somos nuestros miedos, pero también somos nuestra capacidad de sobreponernos a ellos. Intentamos dejar de ser aquello que olvidamos, echándolo de nuestro lado y de nuestra memoria, pero inevitablemente seguimos siendo parte de lo que éramos cuando lo recordábamos, porque cada experiencia nos marca un poquito y todo lo vivido deja cicatrices que no siempre podemos borrar sólo por desearlo.

Somos también parte de aquello de lo que nos rodeamos. Nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestra familia, nuestros amores... hacen marcas en cómo somos y cómo seremos manyana. Son más piezas que nos completan, sin las que no seríamos los mismos.

Somos un puzzle en continuo movimiento, con dibujo cambiante pero siempre teniéndonos a nosotros como imagen de fondo. Y ese puzzle -al menos, mi puzzle- nunca está terminado, por lo que siempre que nos detengamos a mirarnos en el espejo, siempre que pensemos detenidamente en quiénes somos, en nosotros mismos... nos atacará una sensación de estar incompletos, de que algo nos falta, de que no somos un ente estable y definido. Un pequenyo vacío latiendo dentro.

Pero es normal. Son las piezas del puzzle que nos están esperando allá, tras la esquina o un poquito más lejos. Porque tiene que haber sitio para ellas, para las nuevas experiencias, las nuevas personas con las que nos cruzaremos y que también tienen que dejar su huella en nosotros. Así que, claro, nunca estamos completos, y cargamos siempre con ese pequenyo vacío a nuestra espalda.

Porque sin él, sin ese vacío, no habría hueco para nada más. Para más piezas, más suenyos, más amores, más amigos que hoy no conocemos, más experiencias. ¿Quién querría andar siendo un puzzle en el que no cupiera una sola pieza más? Así que ese vacío que a veces nos ahoga... no deja de ser una suerte.

[La imagen que encabeza este post pertenece a las galerías de Worth1000, curioseando se encuentran algunas geniales!]

9 comentarios:

  1. Vayamos por partes:

    1. PLAS PLAS PLAS PLAS
    2. Este te lo van a copiar, ya verás
    3 ¿¿¿Nuevos amigos??? Ags. ¡Tú eres nuestra y sólo nuestra!

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  2. Yo lo voy a imprimir en A-3 para mi casa, XD

    Mks.

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  3. Yo voy a copiar tus palabras resaltadas en negrita y con ellas me haré piezas de puzzle que no encajen en tamaño mini (del tipo 5000 piezas o más). Ideales para llevarlas de viaje, en la cartera, para perderlas... y encontrarlas cuando haga falta, y jugar a que encajen.

    ñ_ñ

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  4. Me ha encantado, sin más.
    Un beso.

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  5. A mi puzle siempre le falta una pieza. Y siempre es la última! Hombrepordioscoñoya.

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  6. Te has salido... qué post tan bonito!!
    A partir de ahora me encantará ser un puzle incompleto.

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  7. Me ha encantado leer esto, aunque yo pienso que dentro lo tenemos todo, lo bueno y lo malo, aquello del ying y yang, sólo depende de nosotros el disfrutar de lo que va saliendo y del camino que se va recorriendo.
    Es bonito abrir la mente para dejarse llenar de nuevas cosas, pero la sensación de vacio, de que algo falta, de que no estamos completos siendo y llevando tal universo dentro...

    Me ha gustado, sobretodo porque si se rasca la superficie de la entrada, que parece incluso negativa, se puede leer un positivismo vital que siempre me emociona.
    Gracias.

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  8. Si fuera un hombre "completo" me despreciaría a mí mismo. El caso es que, aun siendo incompleto, sigo comportándome como si no lo fuera. Lo cual quiere decir que me desprecio y no lo sabía.

    Buena entrada, por cierto.

    ;)

    Sigue así.

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  9. Que palabras tan ciertas, bonita manera de ver los vacíos y es que eso son: espacios que representan la novedad que nos espera en la esquina...

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