Tropiezos

Me lo advirtieron hará menos de un mes. No que no me confiara, porque uno no puede ir eternamente prevenido de todo y de todos -y de hecho quien lo hace se pierde tanto que aunque lo consiga ni mucho menos le habrá valido la pena-, no que no creyera en este bienestar y en ese "soy feliz" que aún me sorprendo diciéndole alguna noche al oído. No. Sólo que a veces, cuando has estado tan abajo y lo dejas ¿atrás?, a veces llegan esos días de vértigos, de traspiés, de asomarte a ver cómo de profundo es el abismo por el que has trepado y asustarte cuando los pies se resbalan y tienes que agarrarte para no caer.

Ayer fue un día para envolver en plástico y tirar al cubo de la basura. Cuando cayó la noche y llegó la hora de dormir, mis fantasmas se habían hecho fuertes y yo chiquita, y volvía esa sensación de miedo a cerrar los ojos porque mi cabeza se rebelaba, exigente, torturadora, oscura. 

Finalmente y gracias a que había alguien conmigo que, paciente y dulce, restó horas a su propio suenyo para que yo lograra conciliar el mío, me dormí esperando que fuera simplemente un mal día. Pero esta manyana, sin haber descansado y con el cerebro embotado, no me sentía mucho mejor. Y vinieron los miedos y los y si's. ¿Y si esto es el principio de una recaída? ¿Y si este bienestar era realmente tan frágil como a veces lo siento? ¿Y si...?

Me lo advirtieron. Habrá tropiezos. Te harás rasgunyos. Te cuestionarás. Y eso no querrá decir nada más que que sigues luchando y en el camino, que sigues adelante, que sigues evolucionando, descubriéndote, asentándote. Vendrán las dudas y te llamarán, te harán sentir pequenya y débil, vendrá algún golpe suelto que te lance tu cabeza pillándote desprevenida y eso no significará una caída, un retroceso, más pastillas bajando por tu garganta ni paredes blancas ni visitas en el tablón. 

Me lo repito. Un tropiezo, sólo un tropiezo que me ha pillado desprevenida. Sin más consecuencias, sin mayor importancia. 

...o eso espero.