lunes, mayo 18, 2020

Picos de angustia en tiempos del coronavirus

(Fotografía propia: "¿Recuerdas cuando mi Sombra no me daba miedo?")

Sigo buscando con escaso éxito un sitio donde se pueda gritar, patear, gritar y gritar más aún, gritarlo todo, gritarme entera, revolverme entera, gritar fuerte, desgañitarme en el grito, gritarme entera hasta que haya dejado por fin algo de sitio libre dentro, que podrá acoger chistes, risas, confianza, esperanza y sueños, una vez liberado del enorme GRITO que guardo dentro y que, breaking news, me está devorando.

Lo necesito bastante más que el comer: irme a gritar, romper cosas viejas que a nadie le importen, dar patadas al suelo, al aire, gritar-gritar-GRITAR, GRI-TAR, G-R-I-T-A-R!!!!!!

Y a ser posible... 
sin que vengan las siempre al quite fuerzas del orden y la seguridad (SU orden, SU seguridad) a decirme que eso no puede hacerse, que no puedo interrumpir el descanso de los vecinos (posiblemente también insomnes por la mierda de mundo que compartimos, porque tampoco tienen donde gritar su daño dentro), que si no pienso lo que estoy haciendo, que a lo mejor es que quiero meterme en problemas (¡¿más?!)

¿Dónde se puede gritar el dolor que llevamos dentro sin que implique llamadas a la policía, al SAMUR, sin que implique que se nos lancen al cuello personas bienintencionadas (ejem, o no) decididas a enmudecernos porque mira cómo está la pobre, está fuera de sí?

Eso que  (os)  escandaliza tanto, cuando se llega a estar fuera de sí... eso es lo que yo llevo dentro de mí, devorándome, arañándome desde el interior, porque si lo saco fuera no podéis con ello o solo se os ocurre romperos también al verme o/y lanzarme culpa además (cómo os hago esto, es que hay que ver).

O acudir a esas normativas, personas sabias: 

te vas a hacer daño
se van a preocupar los gatos
                            los vecinos
no te des así en la cabeza
respira conmigo

Muy bien todo.

Pero llevo días... o sin descanso, seguro, al menos horas, no sé cuántas... con un enorme grito ensordecedor dentro, ¿qué digo uno? Serán ya seis, siete, diecinueve... que, gritos brutales desesperados naciendo a borbotones desde lo más hondo de mis entrañas, me están haciendo trizas el alma, la voluntad, la esperanza, el corazón.

Un Yo quebrado queda en el suelo, recuerdo ensombrecido de lo que fui.


🐾🐾🐾🐾🐾


¿Y quién está conmigo intentando sostener este daño que me parte?

Una gata.
Menos es nada.

Hay dos adultos y otro gato en el salón mientras yo exploto aquí en añicos.
Pero Lucky está durmiendo en una esquina del cuarto.

Todo bien entonces, ¿no?

(SPOILER: NO)


(Explorando imágenes en la angustia: gatos, explosiones, dramas, Sombras)

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