jueves, junio 25, 2020

Sobremedicación impuesta (1996-2017)


Título: Sobremedicación impuesta (1996-2017)

Más de 20 años con una sobremedicación brutal a base de psicofármacos (antipsicóticos, antidepresivos, estabilizadores del ánimo, ansiolíticos / hipnóticos...)

SIN recibir información
SIN poder elegir
SIN reconocer ni dar importancia a los efectos secundarios


¡(SOBRE)Medicada desde mis quince (15) años!



Listado incompleto(*) e invivible:

Valdoxan (agomelatina) / Prozac (Fluoxetina, cápsulas y comprimidos) / Cymbalta (duloxetina, cápsulas) / Seroxat (Paroxetina) / Esertia (escitalopram) / Rexer (mirtazapina) / Deprax (trazodona) / Xeristar (duloxetina) / Vandral Retard (Venlafaxina)

Clopixol Depot (inyectable de liberación prolongada, zuclopentixol) / Clopixol Acufase (inyectable, zuclopentixol / Cisordinol (inyectable, zuclopentixol) / Haloperidol (gotas) /Nemactil (periciazina, gotas) / Largactil (clorpromazina, gotas) / Invega (paliperidona, comprimidos) / Zyprexa (olanzapina, pastillas bucodispersables) / Abilify (aripiprazol, pastillas) / Psicotric (Quetiapina)

Dalparan (zolpidem) / Orfidal (Lorazepam) / Loramet (Lormetazepam) / Noctamid (Lormetazepam) / Valium (Diazepam) / Tranxilium (clorazepato dipotásico) / Sedotime (ketazolam) / Trankimazin (Alprazolam) / Lexatin (Bromazepam)

Trileptal (oxcarbazepina)

Plenur (carbonato de litio)




Lo que le habéis hecho a mi cuerpo y mi mente entre...

pastillas comprimidos cápsulas gotas inyectables
Glaxo Smith Kline Lilly AstroZeneca Merck Sanofi Novartis Roche Servier Pfizer Janssen Sanofi-Aventis


...nunca debió permitirse.

¿Cómo sería YO sin este pasado farmaco(i)lógico?


#Psistema
#AbusoDePoder
#Sobremedicación
#PsiquiatríaPatriarcal
#IndustriaFarmacéutica
#NoEraPerezaEraSobremedicación
#NuestraSaludVuestroNegocio
#LaSaludNoEsUnNegocio
#Desmedicalización
#Deprescripción
#FarMafia 
 ⇒ farmacéuticas como empresas privadas que priman su negocio y rentabilidad por encima de nuestra salud.

(*) Conseguir mi historial clínico psiquiátrico completo, aunque he hecho varios intentos, no me ha sido posible nunca. Me dan antes informes y pruebas de los años 80 en otras especialidades (¿con menos que ocultar, quizá?) que mi historial psiquiátrico (propio, me pertenece) donde figuren los tratamientos diversos y abusivos que me fueron pautando junto a los efectos secundarios que fui presentando (desde alteraciones en el movimiento, hormigueos constantes, pérdida de fuerza en extremidades, retirada de la regla por subidón de prolactina, aumento de peso, alteraciones metabólicas, problemas bucodentales, alteraciones en el sueño por exceso o por defecto al iniciar la retirada de medicación, ausencias y lagunas en la memoria...). Tampoco logro cotejar con mi historial las veces que me fueron ingresando, ni todas las ocasiones en que fui atada y maltrAtada en sus unidades de encierro.

Reconstruir mi vida con las obvias lagunas que crea haber estado años y años con dosis altitas de los medicamentos reunidos en el listado (que solo son los que he sido capaz de recordar o de encontrar en mis propios escritos) se vuelve así un más difícil todavía, como el equilibrista en el circo al que en su paseo por la cuerda floja le añaden cinco, seis, no: ¡siete! mazas con las que hacer malabares. 

En mis deseos, uno sobresale fuerte: ojalá poder denunciar lo que me hicisteis desde esos espacios que debieron ser de cuidados y en cambio fueron de maltrato y violencias. Ojalá tener fuerza para señalarlos no solo públicamente sino para llevarlos a un juzgado y si ahí cerrasen también los ojos, como hace la sociedad, subir de escalón y denunciar más arriba, más arriba, más arriba. Ojalá tener el dinero y sobre todo la capacidad emocional de soportar ese desgaste durante el previsiblemente largo proceso judicial -el sistema se sostiene a sí mismo, ya sabemos-, pero conseguir que os empapelen, conseguir cambios legales y que un puñado de vosotros, profesionales de salud mental, os vierais forzados a dejar esta profesión en la que elegís acompañar nuestra vulnerabilidad con más violencias. Ojalá, aunque la Justicia a mí me llegase tarde, llegase a tiempo para tantas de mis compañeras hoy todavía indefensas en vuestras manos y en las del psistema podrido, violento, coercitivo, opaco. 

Por mí, por ella, por todes: basta ya.

Basta de pautas farmacológicas sin sentido como las que tuve durante más de 20 años; basta de violencias e imposiciones en psiquiatría; de tapar bien abajo el daño con pastillas que nos impidan hacerle frente; basta de correas, de inyecciones, de coerción y abusos de poder; basta de miedo y sumisión; basta de necesitar impulsar colectivamente estrategias de supervivencia frente a vosotros, nuestros "cuidadores" y/o terapeutas. Basta de que seáis un problema añadido en nuestras vidas, ¡como si no tuviéramos ya bastantes!

Basta ya. El miedo tiene que cambiar de bando.
Y, ¿sabéis? ...ya empieza a hacerlo.

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