viernes, diciembre 10, 2021

Mi mano, tan tarde

💥💥💥

Mi mano
que no es mía y fue de tantas
que se agarra sin saber a qué ni sobre todo,
por qué,
qué sentido agarrarse a estas alturas,
cuántos para qué sin respuesta,
cuántas respuestas donde la mejor intención 
se mezcla con lástima,
con caridad cristiana,
con frases hechas tipo
"todos tenemos derecho a una vida digna".
¿Qué es digna?
¿Qué es vida?
Y en ese todos, 
¿quiénes, en el fondo, nunca fuimos invitades?

Mi mano
también recibió diagnósticos,
sus "es que se agarra y no suelta"
sus "es que no acepta consejos"
sus "no son horas de llamar"
sus "ese temblor será aposta"
"ya estamos con la ansiedad"
"esas uñas están sucias"
"sigue sin cumplir las normas"
"inventa historias sin porqué"
"se pretende libre, así, ¡ASÍ!, aquí, ¡AQUÍ!"

Mi mano
que fue tuya y antes suya
y de sus peques no, 
de ellos no,
no pasó la prueba ilegal, sutil, sin abogado y bajo jurado familiar
de ser suficientemente responsable,
de no ser peligrosa, 
de quién sabe lo que esa mano podría llegar a hacer.

Mi mano
que un día ojalá cercano
recuerde de quién es cómplice
quién sí que estuvo aquí siempre
y deje de pedir perdón
de tocar puertas
de redactar mensajes... 

Y se contente con irse, irnos, 
descansar 
sin 
numeritos, 
solo descansar
allá donde nadie pida cuentas, ponga caras, 
chasquee dedos-lengua,
decepcionado,
y me niegue tres veces con cabeza corazón cuerpo
¿cómo pude hacerles esto
OTRA VEZ,
qué clase de monstruo soy
para decir, planear, escribir, hacer,
algo tan ¡tan! TAN monstruoso?

Para entonces
espero que mi mano y yo
y mi daño y mi aguante
y mis libros, mis heridas
mis agujeros y canciones
hayamos sabido irnos
del todo
sin rastro sin culpas sin mapas sin guías.

Y por fin
mano cabeza cuerpo entero, 
redes personas gatetes grupos clubs
familias y todo lo que queda fuera de mi afuera 
encuentren cómo seguir sin el trocito de pena extra
que siempre sumo 
y que para entonces
habré ya construido volátil
sobre dientes de león
que olviden bien por qué rugir
y se dejen llevar, frágiles, ligeros
sin culpas ni reproches
como yo hubiera querido saber aprender a hacer a tiempo.

Ya no, no quiero aprender más nada,
es ya tan tarde...
Hace años que me hice tarde.

(Ojalá)
Vuelen niña-mano, dolor-palabras.
Vuelen lejos y dilúyanse allá
entre aleteo y aleteo 
que ya no son.


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