Pedacitos de infancia
Hablaba Bito hace algunos posts de las mentiras que nos cuentan y las mentiras que contamos, y encabezaba el listado con una clásica: existen los Reyes Magos. Y esto hacía que mi mente se pusiera en marcha, recuerdos de mi infancia asaltándome, y me hacía sonreír ante las particularidades de mi madre... Os cuento un poquito, asomaos:
Mi madre ha sido una mujer siempre autónoma, muy libre, que eligió no casarse y criar a sus hijos sola, y que ha sabido compaginar su vida profesional con la familiar y por si fuera poco, también con una fuerte implicación social y política. De pequenya no recuerdo la cantidad de manifestaciones a las que fui, las primeras desde el vientre materno, luego en el cochecito y más tarde andando a pasitos chiquitos. Aprendí en una a gritar "a-se-si-no, Pi-no-chet", y como era muy nyaja cada vez que se juntaba bastante gente en algún sitio pensaba que estábamos manifestándonos otra vez y me liaba a gritar ¡asesino, Pinochet! Y si en otras manifestaciones gritaban "OTAN no, bases fuera", a mí me importaba poco, que yo seguía con mi obsesión con el dictador chileno...
Otra costumbre de mi madre era contarnos cuentos alternativos y cantarnos las canciones con la letra cambiada. Así, en nuestra particular versión de Los Tres Alpinos los protagonistas eran tres pitufos, el menor de ellos llevaba una bandera roja que acababa dándole a la princesa después de liarse con ella, y tenían muchos pitufitos que también llevaban banderas rojas (pero al menos no moría nadie, que la canción tradicional es todo un drama!). Y según lo contábamos nosotras, Blancanieves, al llegar a la casa de los enanitos, lo que hacía era un listado de tareas domésticas a repartirse, y las hacían entre todos para que también ella pudiera acompanyarles a la mina. Y Caperucita fue siempre Tacirupeca (Tacirupeca, Tacirupeca, dédon vas? - jodí el bolo).
Y por lo que me acordaba con ternura de todo esto era por cómo vivíamos nosotros las Navidades... que eran unas fiestas especiales, claro, porque además mi madre solía tener unos días de vacaciones y disfrutábamos más de su companyía. Pero ni mi hermano ni yo creímos nunca en los Reyes Magos, porque mi madre desde siempre nos habló de sus parejas, las Reinas Majas (sí, sí, con jota). Nos contaba cómo sin ellas, a los Reyes nunca les daría tiempo a llegar a todos sitios por muy magos que fueran, y cómo además eran ellas las que recibían las cartas y las que intentaban acertar con los regalos. También eran ellas las que te habían vigilado durante el anyo para saber lo bueno o malo que habías sido, y en fin... que a nuestra casa venían ellas. Y claro, prácticamente desde el principio nosotros supimos que la mejor Reina Maja de todas era mi madre, y por eso también desde muy muy chiquitos, nosotros empezamos a contribuir con los regalos haciendo un dibujo que intentábamos envolver (es decir, colocábamos un trozo de papel de envolver hecho un burrunyo encima del dibujo), que era nuestro regalo de parte de la Princesa Maja o el Príncipe Majo.
Alguna gente luego me ha dicho que es un poco injusto dejar a unos ninyos sin la ilusión de los Reyes Magos como tales, pero yo recuerdo esas noches con la misma ilusión que la del resto de mis companyeros de clase, y recuerdo además el sentirme orgullosa de poder contribuir yo también a la Navidad con mis dibujos, mis propios regalos... Y en fin, que cada infancia se construye con las experiencias propias y las mías fueron éstas. Reinas Majas, Mamá Noela, unos enanitos que limpiaban la casa y fregaban los platos a instancias de Blancanieves, Tacirupeca y el bolo y pitufos llevando banderas rojas. Cómo no sonreír al acordarse. Cómo no ser la ninya de la banderita de cuando en cuando, con estos mimbres ;-)
[La imagen que encabeza este post es de Ulises Wensell, para la portada del libro "Las tres reinas magas", de Gloria Fuertes]
Mi madre ha sido una mujer siempre autónoma, muy libre, que eligió no casarse y criar a sus hijos sola, y que ha sabido compaginar su vida profesional con la familiar y por si fuera poco, también con una fuerte implicación social y política. De pequenya no recuerdo la cantidad de manifestaciones a las que fui, las primeras desde el vientre materno, luego en el cochecito y más tarde andando a pasitos chiquitos. Aprendí en una a gritar "a-se-si-no, Pi-no-chet", y como era muy nyaja cada vez que se juntaba bastante gente en algún sitio pensaba que estábamos manifestándonos otra vez y me liaba a gritar ¡asesino, Pinochet! Y si en otras manifestaciones gritaban "OTAN no, bases fuera", a mí me importaba poco, que yo seguía con mi obsesión con el dictador chileno...
Otra costumbre de mi madre era contarnos cuentos alternativos y cantarnos las canciones con la letra cambiada. Así, en nuestra particular versión de Los Tres Alpinos los protagonistas eran tres pitufos, el menor de ellos llevaba una bandera roja que acababa dándole a la princesa después de liarse con ella, y tenían muchos pitufitos que también llevaban banderas rojas (pero al menos no moría nadie, que la canción tradicional es todo un drama!). Y según lo contábamos nosotras, Blancanieves, al llegar a la casa de los enanitos, lo que hacía era un listado de tareas domésticas a repartirse, y las hacían entre todos para que también ella pudiera acompanyarles a la mina. Y Caperucita fue siempre Tacirupeca (Tacirupeca, Tacirupeca, dédon vas? - jodí el bolo).
Y por lo que me acordaba con ternura de todo esto era por cómo vivíamos nosotros las Navidades... que eran unas fiestas especiales, claro, porque además mi madre solía tener unos días de vacaciones y disfrutábamos más de su companyía. Pero ni mi hermano ni yo creímos nunca en los Reyes Magos, porque mi madre desde siempre nos habló de sus parejas, las Reinas Majas (sí, sí, con jota). Nos contaba cómo sin ellas, a los Reyes nunca les daría tiempo a llegar a todos sitios por muy magos que fueran, y cómo además eran ellas las que recibían las cartas y las que intentaban acertar con los regalos. También eran ellas las que te habían vigilado durante el anyo para saber lo bueno o malo que habías sido, y en fin... que a nuestra casa venían ellas. Y claro, prácticamente desde el principio nosotros supimos que la mejor Reina Maja de todas era mi madre, y por eso también desde muy muy chiquitos, nosotros empezamos a contribuir con los regalos haciendo un dibujo que intentábamos envolver (es decir, colocábamos un trozo de papel de envolver hecho un burrunyo encima del dibujo), que era nuestro regalo de parte de la Princesa Maja o el Príncipe Majo.
Alguna gente luego me ha dicho que es un poco injusto dejar a unos ninyos sin la ilusión de los Reyes Magos como tales, pero yo recuerdo esas noches con la misma ilusión que la del resto de mis companyeros de clase, y recuerdo además el sentirme orgullosa de poder contribuir yo también a la Navidad con mis dibujos, mis propios regalos... Y en fin, que cada infancia se construye con las experiencias propias y las mías fueron éstas. Reinas Majas, Mamá Noela, unos enanitos que limpiaban la casa y fregaban los platos a instancias de Blancanieves, Tacirupeca y el bolo y pitufos llevando banderas rojas. Cómo no sonreír al acordarse. Cómo no ser la ninya de la banderita de cuando en cuando, con estos mimbres ;-)
[La imagen que encabeza este post es de Ulises Wensell, para la portada del libro "Las tres reinas magas", de Gloria Fuertes]
15 Susurros:
Así que una pequenya monárquica en potencia ¿eh? hmmm
Y lo de Blancanieves... esclavizando a los pobres enanitos sólo por ser más pequenyos...
tsk tsk tsk
¡Y de tropo, le boloooo!
¿dedon sav Tacirupeca?
A saca de mi talibueaaaaa
Que recuerdos niñaaaaa, y te sabias el de
Mañanama la por nañama te roespe Najua en el fecá. Te roju Najua que goten nasga de te ver la tapun de le epi. La tapun de le epi, la llarritopan y el neropé...
hala ya...que me pongo mu ñoñaaaa
Besoteee
Tengo un recuerdo de mi madre representando la obra de teatro de las tres reinas magas con otras profesoras, siendo yo muy peqeña. Y seguido ese me ha venido otro de ya mucho más mayor, preparando con ella una función con los niños de su clase, para el día del libro, con la canción del pirata, pero en la versión de Tierra Santa, heavy donde las haya, ella enseñándoles a cantar, y yo tocando la guitarra...
Me has hecho sonreir mucho, te noto feliz...
¡Cuánta ternura en este post!
Me ha hecho sonreír y acordarme de mi infancia, con Reyes Magos convencionales, pero que venían a dejar los regalos durante la cabalgata en lugar de por la noche, ya que los de la cabalgata eran de mentira (mi padre era uno de ellos)...
Y de que el año que recibí los regalos con más ilusión fue cuando sabía que a mis padres les había costado apretarse un poco el cinturón para que yo tuviera mis juguetes ese día...
Gracias :)
Lo sabiaaaa me sonaba un monton el dibujo. Nada mas verlo he pensado: Gloria Fuertes.
Aisss que recuerdos. Ese papel lo tuvo mi abuela, la que en secreto nos contó lo de los reyes magos, ynos enseñó donde estaban escondidos los regalos... ojala la hubiera conocido mas.
Creo que tu madre ha sido muy inteligente y te ha educado sabiamente. A mis hijos los educaré igual, en el caso de que para entonces los hombres sigamos siendo necesarios.
En la versión de mi madre, el alpino insiste y es fusilado. La princesa se muere de la pena, y es el rey quien se va a morir a China. A los otros alpinos los despanzurran en la guerra :)
Preciosos recuerdos, y sobre todo muy bien contados. Suscribo la última frase de Reve, y no sabes cómo me gusta.
En mi casa todavía se hace toda la parafernalia de los reyes como cuando éramos enanos, ni siquiera sabemos dónde los guardan ni qué serán.
(No sé si ya lo sabrás, pero por si acaso te lo pongo: LO HAN RECUPERADO :))
precioso.
Bonitos recuerdos... a mí me cantaban
Duerme, duerme, negrito.. que tu mamá está en el campo, negrito...
Guau, Elenita... esa nana... joder qué recuerdos... mi madre siempre la cantaba
Una gran madre, de ahí el resultado. ¡Ah! Y enhorabuena por la recuperación del cuadro de Munch. Un beso.
Fantástica entrada. Quería haberla comentado antes, pero más vale tarde que nunca. Para que luego digan que los niños que se enteran de que los Reyes magos son los padres sufren traumas irreversibles. Patrañas de psicólogos "listillos"... Aunque bien pensado... tú no es que estés muy bien de la cabeza ¿no?. Jaja. Lo dicho una delicia tu madre y tu relato. Besos.
Como estoy de vacaciones y tengo muchísimo que estudiar me estoy dedicando a la lectura compulsiva para matar el tiempo que no tengo.
Primero me comí La tregua de Benedetti y me puse más triste que la hostia Así que decidí reirme un rato releyéndome Brujerías... Y joder, nunca me había dado cuenta, pero tú eres Magrat!!!!!!!
Como estoy de vacaciones y tengo muchísimo que estudiar me estoy dedicando a la lectura compulsiva para matar el tiempo que no tengo.
Primero me comí La tregua de Benedetti y me puse más triste que la hostia Así que decidí reirme un rato releyéndome Brujerías... Y joder, nunca me había dado cuenta, pero tú eres Magrat!!!!!!!
Sea como fuera, existan o no los reyes magos, tú sabes que hay una "reina maja"...
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