martes, julio 31, 2007

A veces vuelve la sensación de andar en la cuerda floja, de una estabilidad siempre demasiado precaria, de sentirme abrumada por tener que tomar una decisión en apariencia chiquita, de no saber andar sin trastabillar a cada paso.

Cuando vuelve, es extranyo. Por un lado, es volver a casa, es reconocerme perfectamente, una imagen de mí misma que me sé de memoria: la que no puede, la que no alcanza, la que no da más de sí y se pierde en un mar de inseguridades y angustias que la tapan la boca, asfixiantes. Por otro lado, es desesperante, es observar entre incrédulos y resignados cómo vuelvo siempre al punto de partida, cómo crezco para tres semanas más tarde hacerme pequenya de nuevo, insignificante.

Los cambios que en principio deberían ser para bien, me aterran y paralizan. Miro a las cuatro paredes literales que componen mi actual casa y sé que no son un hogar, que nunca podrán serlo, y a partir de ahí una pensaría que cambiar de cuatro paredes sería una decisión acertada... pero el cambio me quita el aire, y más ahora que es casi inminente. Quiero irme a una isla y volver con los cambios hechos, si es que éstos son necesarios realmente, porque el proceso me puede. Preferiría incluso irme al edificio de paredes blancas y olor a alcohol, o meterme en una burbuja de las que soplan los ninyos, pompa de jabón, y que alguien la explotara cuando todo estuviera resuelto. Pero no, y hay decisiones que tomar, compras que hacer, cambios, cambios... y yo no llego.

Y cuando no llego, cuando el aire se me escapa y la angustia vuelve, trae de la mano antiguos pensamientos que parece que estén siempre agazapados, esperando el momento adecuado para volver a pasearse a sus anchas por mi cabecita loca.

Y me encuentro con el NO PUEDO de siempre grabado a fuego...

4 Susurros:

At 31 julio, 2007 20:30, Blogger Guillermo escribió...

El cambiar de casa, las mudanzas, pintar, cambiar de ambiente, etc... siempre es una aventura, y siempre dura mas (o no) de lo que uno piensa. Tu al menos tienes la suerte (merecida) de ir a un sitio mejor, a un sitio al que lo mejor acabas llamando casa.

Un traslado a una casa mejor (y no solo por el hecho de ser mas grande) no es solo una suma de 'esto me viene grande', 'no puedo', 'ojala pase pronto',... es también un cúmulo de ilusiones, de vivir mejor, de sentirse mas a gusto, de tener algo propio, tener algo a lo que llamar hogar


Espero haberme explicado y no haber divagado mucho, el calor hace estragos en mi...
Puedes y podrás con ello ;-)

 
At 03 agosto, 2007 10:17, Blogger Awake at last escribió...

No hagas caso, sólo es el calor, que nos fríe las neuronas, XS

Mks.

 
At 06 agosto, 2007 16:40, Blogger Bito escribió...

La burbuja de jabón y la sala de paredes blancas que huele a alcohol no son tan poco un hogar. También te ahogarían.

El problema no está ahí fuera, niña, sino dentro.

 
At 07 agosto, 2007 22:12, Blogger jornalerodelagloria escribió...

a mí a veces también me asalta a traición el nopuedo, pero entonces me pongo la canción de Rocky IV, la de cuando Rocky está entrenando en las montañas antes del combate con el ruso, y entonces ya se me pasa ;-)

 

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