Del miedo a la cercanía
No es fácil hacerse una idea de cómo es una persona que te está haciendo danyo. No es fácil porque si ya juzgar a otro entranya un alto riesgo de equivocarse, juzgar desde el dolor, desde el miedo, hace que el riesgo de errar se dispare.
Es totalmente comprensible, y humano, hacernos una idea equivocada de cómo es el otro cuando sólo estamos viendo su peor parte. Como en la película de CRASH, a veces somos capaces de lo peor y de lo mejor en otras ocasiones, y quién somos en realidad es una mezcla de todos nuestros actos, y de las intenciones detrás de nuestros actos. Si sólo nos quedamos con una de las partes, y sólo pudiendo imaginar además la intención real tras el acto que nos danya (y lo normal es que pensemos que ese danyo es un acto deliberado, meditado y consciente, sobre todo si se repite), la imagen que tendremos de esa persona que nos hiere, por fuerza será parcial y distorsionada desde nuestra subjetividad, desde nuestro miedo y dolor.
Pero a veces tenemos la oportunidad de crecernos, de superar el miedo y el danyo y de acercarnos a esa persona desde otra perspectiva. Y descubrimos que ni los buenos lo eran tanto ni los malvados tampoco, que no fuimos los únicos en sufrir o en tener miedo y que la idea que nos habíamos hecho coincidía sólo en parte con la realidad. Sí, nuestro pánico fue claramente real, pero también fue responsabilidad nuestra dar tanto poder a otra persona, porque sin ese poder no hubiera sido capaz nunca de atemorizarnos como lo hizo.
Por suerte, hoy estoy en la segunda etapa. En la que me doy cuenta de que me equivoqué en el juicio que hice, o que al menos sólo podía juzgar la parte oscura que se me mostraba, obviando todo el resto que desconocía. En una etapa en la que nos damos nuevas oportunidades para conocernos, para estar cerca, para desterrar el miedo y poner palabras a los nervios agarrados al estómago. Una etapa de perdón mutuo, de crecimiento personal, de dejar atrás lastre, temores, límites, barreras que hoy se van convirtiendo, con esfuerzo y ganas compartidas, en aire.
Y es curioso cómo se pueden encontrar cosas buenas en quien tanto temíamos y tanto danyo había causado. Cómo es verdad que todos somos capaces de lo mejor y lo peor, según el momento, según las circunstancias. Cómo puede llegar el entendimiento donde menos lo habías pensado. Cómo el miedo acaba cediendo a fuerza de pala de nieve que lo retira de nuestra puerta.
Y hay que disfrutarlo, disfrutarnos. Estoy aprendiendo a hacerlo...
13 Susurros:
Bravo.
Casi siempre que te comento te dejo una parrafada :-S
Algún día será mas largo que tu post. En fin buenas noches. Uhm... esa hora de blogger está retrasada, son las 2 no la una
Siempre he pensado que no hay gente buena ni mala, y que la única diferencia la marcamos dia tras dia con nuestros actos. Y que todos somos capaces de lo mejor, tanto como de lo peor.
Por eso, otro riesgo de juzgar a quien nos hiere, es el de descubrir que somos como él.
Curioso post, da que pensar.
Siempre he pensado que no hay gente buena ni mala, y que la única diferencia la marcamos dia tras dia con nuestros actos. Y que todos somos capaces de lo mejor, tanto como de lo peor.
Por eso, otro riesgo de juzgar a quien nos hiere, es el de descubrir que somos como él.
Curioso post, da que pensar.
Me alegro mucho, Gacelita...
Si hablas de quien pienso reconozco que nunca lo hubiese imaginado, y aún así me gusta que lo estés consiguiendo.
Ese "Bravo" del Achabito es lo mejor que se te podía decir respecto a esto...
Um besazo, preciosa
Pues yo me alegro por ti, me alegro de que descubras cosas buenas de una persona, independientemente de qué relación hayas tenido antes con ella, pero a mí me habría pasado como a Guillermo, que no le habría dado esa oportunidad a alguien que me hubiera hecho tanto daño. Que quizá sería un error, que yo me lo perdería, que... pues sí, quizá todo eso sea cierto, pero yo no puedo, si alguien me hace daño, de verdad, no por un malentendido, no me importa las cosas maravillosas con las que pueda recompensarme, para mí está fuera de mi círculo, de mis intereses. Supongo que soy una rencorosa, y supongo que eso es algo negativo, pero es lo que hay...
También supongo que no has escrito este post para que te digamos que nosotros no lo habríamos hecho, así que por favor quédate sólo con mi primera frase (¿puede ser eso?), YO ME ALEGRO POR TI!
Besazo guapa.
Qué bien suena...
Muuuuaks.
Es bueno eso de no cerrarse a las sorpresas que los demás pueden depararnos si les damos la oportunidad.
Oye Gacela, creo que pones "ny" porque tu teclado no tiene "ñ", ¿es así? Pero si en Word pulsas (ALT GR + 4) y a continuación pulsas la "n"... ¿no te sale una "ñ"? Espero que sín...
Lo que pasa es que Gacelita es muy tienna y la eñe suena como muy sería :-P
(Si es por eso, que lo se yo, reconócelo)
que buen post, saludos desde Bolivia para ti
enhorabuena, me alegro muchísimo de que hayas conseguido superar el miedo y estés haciendo por recuperarte de esa historia
Si bien es cierto que no hay que dar poder a los demás para hacernos daño, que algo así ocurra no debería hacer que acabásemos desconfiando de todo el mundo.
Anda que bien, al pasarte a la nueva versión de blogger se ha cepillado los enlaces y los nombres de los comentarios con cuentas del blogger nuevo y les (nos) ha puesto como anónimos. Que majos estos de google...
A lo mejor se arregla solo y todo
(Guillermo, por si acaso)
Creo que es difícil encontrar a alguien que haga daño por el mero hecho de hacerlo. Su existencia me parece bastante escasa. Todo es más bien un cúmulo de consecuencias, de malos entendidos, y en ello también participamos nosotros, somo siempre víctima activa, por lo tanto sino culpables sí que a ratos cómplices.
Linda tu reflexión. Felicidades pues.
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