Ajustando la armadura
Quizás no se confirme la tormenta, aunque me extranyaría con este cielo gris, con estas nubes peleonas sobre mí, con este aire a lluvia en el ambiente.
Quizás no se confirme la tormenta... hoy. Puede que la tromba de agua caiga manyana, que los truenos descarguen su furia cuando caiga el sol o cuando despierte de nuevo. Pronto, los pájaros ya han levantado el vuelo.
O quizás, sólo quizás, se aleje la borrasca. Pero no puedo confiar, no sabiendo lo arbitrario de los rayos y su poder destructor, devastador.
Por eso ajusto mi armadura. Cojo aire, una gran bocanada, y tapo puntos flacos. Cota de malla, casco, guanteletes. Nada puede quedar al aire, el enemigo es astuto y ruin y quiere danyar por encima de todo, hemos aprendido eso en una guerra que nunca quisimos librar. Por eso nos encerramos dentro de la pesada estructura metálica, esperando obtener así algo de protección. Si han de llover golpes, al menos que no nos desangren. Aunque dentro apenas puedas respirar, aunque no veas bien, aunque tus movimientos se vuelvan torpes y pesados. No sabrás manejar la espada, nunca quisiste aprender... pero protégete al menos.
Caen las primeras gotas. Ajusta la armadura, pequenya.
[Imagen de Luis Royo]
Quizás no se confirme la tormenta... hoy. Puede que la tromba de agua caiga manyana, que los truenos descarguen su furia cuando caiga el sol o cuando despierte de nuevo. Pronto, los pájaros ya han levantado el vuelo.
O quizás, sólo quizás, se aleje la borrasca. Pero no puedo confiar, no sabiendo lo arbitrario de los rayos y su poder destructor, devastador.
Por eso ajusto mi armadura. Cojo aire, una gran bocanada, y tapo puntos flacos. Cota de malla, casco, guanteletes. Nada puede quedar al aire, el enemigo es astuto y ruin y quiere danyar por encima de todo, hemos aprendido eso en una guerra que nunca quisimos librar. Por eso nos encerramos dentro de la pesada estructura metálica, esperando obtener así algo de protección. Si han de llover golpes, al menos que no nos desangren. Aunque dentro apenas puedas respirar, aunque no veas bien, aunque tus movimientos se vuelvan torpes y pesados. No sabrás manejar la espada, nunca quisiste aprender... pero protégete al menos.
Caen las primeras gotas. Ajusta la armadura, pequenya.
[Imagen de Luis Royo]
9 Susurros:
"No sabrás manejar la espada, nunca quisiste aprender... pero protégete al menos."
Esta frase me ha recordado a un parrafillo que un día escuché de no se donde y me gustó mucho:
"Se fuerte y generoso. En este mundo, el daño más atroz... el más profundo, lo llevan en el alma los que hieren. Defiéndete si puedes, burla, esquiva... pero si no te queda más alternativa tú no mates, tú se de los que mueren"
Bueno, no tiene mucho que ver... pero está chulo, verdad?
Espero que las tormentas amainen :)
O tira tu armadura y corre, huye hacia valles despejados, con altas montañas para refugiarte de las tormentas.
Mejor desnuda, mirando al cielo, sintiendo la lluvia caer y sonriendo, porque no puede hacerte daño, porque la lluvia no duele.
tenías que haber aprendido a manejar la espada.
(como me gusta luis royo)
psst psst Gacela... ¡¡que se te ve el culo!! ji ji ji ji ji
Bueno, no tiene que ver con tu post (o sí), pero tú me entiendes. Has conseguido que este sea tu sitio, donde dices lo que quieres y, lo que es más importante, de la forma que quieres decirlo. Y que la gente que venga a leerte a él sea consciente de ello (puede parecer que lo que digo es una obviedad, pero no lo es), te respete y lo respete.
Salud.
¿Seguro que se han agotado todas las vías diplomáticas?
Besos!
Yo creo que esta batalla, ya la tienes ganada...
Si no quieres manejar la espada, por lo menos métele un pedrazo en el ojo y lárgate, que se busque un menhir y se de cabezazos contra él si se aburre, pero ya está bien de poner la cara para verlas venir... :*
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