martes, noviembre 04, 2008

Encuentros en la tercera fase (II)

Si hay algo que me encanta (bueno, hay miles de cosas que me hacen disfrutar, pero hoy entresaco una de ellas) son los reencuentros. Cuando hace tiempo que no sabes de alguien pero, por azar la mayoría de veces, la vida os vuelve a poner cara a cara, y a las dos partes se os dibuja una sonrisa en los labios. Inmensa sonrisa, de las que ilumina, de las que brillan tanto que calientan por dentro.

En estos días estoy teniendo bastantes reencuentros, virtuales, pero reencuentros al fin y al cabo (¡hay tantas formas de sentirse cerca!). Y me gusta volver a saber de aquellos a los que había perdido la pista, pero el carinyo seguía presente; leer que se alegran de saber de mí, que preguntan por cómo estoy, re-conocerles de nuevo y ver dónde les está llevando su camino.

Son sólo los primeros pasos y no quiere decir que vaya a retomar todas las relaciones que en su momento no metí en la mochila con la que viajo (aunque los guardaba en el otro macuto que siempre espera en casa, el de los recuerdos), ni mucho menos... pero es agradable saber que están ahí, al alcance de la mano. Él, a quien conocí en Bonn y que compartió conmigo momentos en esa tierra fría, científico loco, profesor exigente seguro, riendo cuando afirmábamos que lo mejor de su tierra era Shakira en vez de García Márquez (¡sacrilegio, herejía!). O Ella, companyera de pupitre hace casi mil anyos atrás, cuando nuestra edad tenía un 1 delante en vez del patito que luce ahora. Otra Ella, forera de lujo a la que perdí la pista demasiado pronto, siempre demasiado pronto, y a la que vuelvo a encontrar siete vueltas y media de la vida más tarde. O Ella, entre acordeones y poemas, que huyó de su espacio por un malentendido y que encontró otros lugares que hacer propios, aprendiendo a volar, haciendo suyo el cielo. Ella, sacada del barrio que una vez fue refugio, otras tormenta y ahora más recuerdo del pasado que de los días cotidianos. Y otros que no estaban tan lejos, pero que ahora están (aún) más cerca.

En fin. Gracias por el empujón :-)

(Sí, he descubierto el mundo de Facebook)

10 Susurros:

At 04 noviembre, 2008 19:37, Blogger . escribió...

Siempre es enriquecedor rebuscar en la vieja mochila donde se han ido amontonando recuerdos, sensaciones y experiencias que creíamos perdidas. Te lo dijo por experiencia...

 
At 04 noviembre, 2008 22:35, Anonymous Anónimo escribió...

Jajaja, realmente es una gran herramienta!!

A veces perdemos de vista a gente que merece la pena y siempre es agradable saber de ellos.

 
At 05 noviembre, 2008 07:39, Blogger D. NAVAS escribió...

Los re-encuentros son trozos de uno mismo que recuperamos. Cuando ves esa sonrisa de la que hablas en la cara de la otra persona, re-vives lo que fuiste cuando había una parcela de mundo que compartíais. Ese retroceso te hace recordar y recordarte y aprecias que aunque en lo básico sigues siendo el mismo, recuperas cosas olvidadas de esas experiencias y de uno mismo. Cosas que de repente vuelven a incorporarse a tu presente.

Saludos de LA FORMA SENTADA

 
At 05 noviembre, 2008 17:37, Blogger Blancanieves escribió...

cuando te ocurre algo así significa que tienes un pasado lleno de sorpresas para el futuro.. esas personas que regresan para mostrarte esas sorpresas merecen no ser olvidadas jamás...

 
At 05 noviembre, 2008 18:18, Blogger . escribió...

Os veo muy interesados en este tema, os dejo este enlace (que Gacela ya conoce) por si os interesa. Agradecería cualquier comentario y vuestras opiniones al respecto.

http://elpatiodeasburgas.blogspot.com/2008/11/veinte-aos-despus.html

 
At 05 noviembre, 2008 20:14, Blogger Karlos escribió...

los reencuentro son tan extraños para mi... claro que aprendo cosas del pasado y nunca se me olvidaran, pero lo que son personas y caras las olvido casi a voluntad xD, por eso es tan comun para mi ir por la calle y que gente que no se quien es me salude...

 
At 05 noviembre, 2008 20:36, Blogger Andre escribió...

¡Que bonita entrada! Me ha encantado. La verdad es que hay veces que es muy agradable volver a encontrarse con gente que hacia mil años que no veíamos...

Un saludo! :)

 
At 05 noviembre, 2008 23:12, Blogger Juan A. escribió...

Preciosa reflexión. Recuerdos, reencuentros... El tiempo nos permite a veces dulces e inocentes infidelidades.

Me han gustado tu mochila y tu macuto.

Besos.

 
At 06 noviembre, 2008 17:42, Blogger Neza escribió...

Qué sorpresa, hoy me he reencontrado con una antigua profesora a la que le tenía mucho cariño, y ahora leo esto. ¿Casualidades de la vida?

 
At 06 noviembre, 2008 21:36, Anonymous Anónimo escribió...

eh pasado , si queres , pasa y lee.

un abrazo.

 

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