Rescatando la Historia: retazos del álbum familiar
El hermano de mi abuelo fue encarcelado tras la guerra civil, como tantos otros cuya ideología poco afín al régimen franquista les hacía objetivo de la represión de la dictadura. Fue condenado a muerte y, posteriormente, su pena se le conmutó por cadena perpetua. En un traslado de cárcel a cárcel, consiguió escapar y huyó hacia el exilio, a Francia, cruzando a pie los Pirineos por el lado del País Vasco, cerca de Hendaya. Una vez en el país vecino, se dirigió a Toulouse, donde empezaban a reunirse los socialistas exiliados, y tiempo más tarde, acabó en París, donde el partido se haría con un pequenyo local desde donde se editaría "El Socialista". Allí unió trabajo e ideas.
Alquiló una habitación en un edificio, y poco a poco trabó amistad con la portera del mismo, una guapa mujer ("una sexy francesita", diría él) que estaba casada con un borracho maltratador con el que tenía tres hijos pequenyos. De la amistad acabaron pasando a sentir algo más, y finalmente tomaron la decisión de empezar una relación, y de echar al marido violento de la casa. Así, el hermano de mi abuelo se instaló en la portería junto a la chica de la que se había enamorado, haciéndose entre los dos cargo de sus hijos, que le querrían como a un padre, ya que vivieron con él ejerciendo como tal casi toda su vida. El mayor de los hijos -que tampoco era muy mayor- decidió seguir manteniendo relación con su padre biológico además de la que mantenía con mi tío abuelo, los otros dos ninyos ni siquiera se interesaron demasiado por mantenerla, al fin y al cabo, su padre biológico no se había comportado nunca como un verdadero padre, y tampoco tenían demasiados recuerdos de él.
Así, el hermano de mi abuelo encontró una nueva vida en el país que le había acogido como exiliado: un trabajo donde podía expresar sus ideas y pelear por las causas en las que seguía creyendo, una mujer con la que compartir su vida y unos hijos que le querían como si siempre hubiera sido su padre. Mientras, en Espanya quedaba su hermano, mi abuelo, también perseguido por sus ideas políticas, y mi abuela, que también pasó una temporada en la cárcel.
Ya entrada en anyos la dictadura, los dos hermanos extranyaban verse, pero el encuentro seguía siendo imposible. Mi abuelo no podía viajar fuera del país, ya que le había sido retirado el pasaporte, y su hermano no podía entrar en Espanya, ya que sobre él seguía pendiendo la condena de cadena perpetua. Pasaron anyos hasta que ese encuentro pudo tener lugar, a principios de los sesenta. A mi abuelo por fin le dieron el pasaporte que le permitía salir del país, y viajó a Francia acompanyado de su mujer, mi abuela, y sus dos hijas, mi madre y mi tía.
Entonces, al viajar a Francia se tomaba un tren que llegaba a la frontera, allí te bajabas y te revisaban todos los papeles, y luego tomabas un segundo tren que te adentraba en territorio francés. Cuando se bajaron del primer tren y empezaron a andar hacia el lado francés de la frontera, mi abuelo vio a su hermano, que esperaba del otro lado (había venido a buscarles, seguramente tras 25 anyos de espera, no quería retrasar más el reencuentro), y entonces alzó el punyo y empezó a dar vivas al socialismo, a la República, a todo... mientras mi abuela apresuraba el paso con las ninyas y decía "pero cállate, que aún no hemos cruzado y nos van a detener!!".
No les detuvieron esta vez, y los hermanos pudieron encontrarse ya en el lado francés, abrazarse emocionados, y ya juntos, lanzarse ambos a dar vivas al socialismo, a la República, a la libertad... y más tarde, coger el tren hacia París, para reunirse con el resto de la familia.
Después de éste habría más encuentros, más viajes a Francia, de donde además siempre volverían con algo de propaganda, con periódicos socialistas metidos dentro de la munyeca que llevaba consigo mi madre... pero además volverían llenos de esperanza de una sociedad más libre, más justa.
A la muerte de Franco, el hermano de mi abuelo vino a Espanya alguna vez, de vacaciones, con su familia, pero ya su casa, su trabajo, su corazón y su vida estaban al otro lado de los Pirineos, y allí es donde moriría anyos después, sin llegar a ser anciano, tras sufrir una embolia que ensombreció los últimos meses de su vida.
Tras su muerte, mi familia siguió manteniendo contacto con su mujer y sus hijos. Mi abuela escribía regularmente a la mujer de mi tío abuelo (se habían casado siendo ya viejitos) y también recibía cartas suyas en una mezcla de espanyol y francés. Mi madre muy de vez en cuando hablaba también con sus hijos, ya padres a su vez (y ahora hasta abuelos).
Y si cuento todo esto hoy es porque este fin de semana, cuando mi abuela ya había preparado una nueva carta que enviar a Francia, nos llegó la noticia de que ella, la mujer que enamoró al hermano de mi abuelo, la que había sido una sexy francesita, la de la sonrisa fácil... había fallecido. La verdad es que yo no he llegado a tener nunca relación con ella, ni siquiera en dos viajes que hice a París -aunque ya no vivían en la capital, sino en un pueblito cercano-, pero ayer quise que mi madre me contara de nuevo la historia, su historia, la del hermano de mi abuelo y su mujer francesa. Porque me da pena que cuando la gente nos deja, olvidamos su historia, y con ella, nuestro pasado (seguro que además su historia es similar a la de tantos exiliados). Y por eso quería rescatarlo y dejarlo aquí plasmado. Para que no se lo lleve el viento. Para poder leerlo y recordarles. Porque mientras nos quede el recuerdo, la gente no muere del todo...
[La foto que encabeza este post es de Robert Capa, puedes encontrar información sobre él haciendo click en su nombre]
Alquiló una habitación en un edificio, y poco a poco trabó amistad con la portera del mismo, una guapa mujer ("una sexy francesita", diría él) que estaba casada con un borracho maltratador con el que tenía tres hijos pequenyos. De la amistad acabaron pasando a sentir algo más, y finalmente tomaron la decisión de empezar una relación, y de echar al marido violento de la casa. Así, el hermano de mi abuelo se instaló en la portería junto a la chica de la que se había enamorado, haciéndose entre los dos cargo de sus hijos, que le querrían como a un padre, ya que vivieron con él ejerciendo como tal casi toda su vida. El mayor de los hijos -que tampoco era muy mayor- decidió seguir manteniendo relación con su padre biológico además de la que mantenía con mi tío abuelo, los otros dos ninyos ni siquiera se interesaron demasiado por mantenerla, al fin y al cabo, su padre biológico no se había comportado nunca como un verdadero padre, y tampoco tenían demasiados recuerdos de él.
Así, el hermano de mi abuelo encontró una nueva vida en el país que le había acogido como exiliado: un trabajo donde podía expresar sus ideas y pelear por las causas en las que seguía creyendo, una mujer con la que compartir su vida y unos hijos que le querían como si siempre hubiera sido su padre. Mientras, en Espanya quedaba su hermano, mi abuelo, también perseguido por sus ideas políticas, y mi abuela, que también pasó una temporada en la cárcel.
Ya entrada en anyos la dictadura, los dos hermanos extranyaban verse, pero el encuentro seguía siendo imposible. Mi abuelo no podía viajar fuera del país, ya que le había sido retirado el pasaporte, y su hermano no podía entrar en Espanya, ya que sobre él seguía pendiendo la condena de cadena perpetua. Pasaron anyos hasta que ese encuentro pudo tener lugar, a principios de los sesenta. A mi abuelo por fin le dieron el pasaporte que le permitía salir del país, y viajó a Francia acompanyado de su mujer, mi abuela, y sus dos hijas, mi madre y mi tía.
Entonces, al viajar a Francia se tomaba un tren que llegaba a la frontera, allí te bajabas y te revisaban todos los papeles, y luego tomabas un segundo tren que te adentraba en territorio francés. Cuando se bajaron del primer tren y empezaron a andar hacia el lado francés de la frontera, mi abuelo vio a su hermano, que esperaba del otro lado (había venido a buscarles, seguramente tras 25 anyos de espera, no quería retrasar más el reencuentro), y entonces alzó el punyo y empezó a dar vivas al socialismo, a la República, a todo... mientras mi abuela apresuraba el paso con las ninyas y decía "pero cállate, que aún no hemos cruzado y nos van a detener!!".
No les detuvieron esta vez, y los hermanos pudieron encontrarse ya en el lado francés, abrazarse emocionados, y ya juntos, lanzarse ambos a dar vivas al socialismo, a la República, a la libertad... y más tarde, coger el tren hacia París, para reunirse con el resto de la familia.
Después de éste habría más encuentros, más viajes a Francia, de donde además siempre volverían con algo de propaganda, con periódicos socialistas metidos dentro de la munyeca que llevaba consigo mi madre... pero además volverían llenos de esperanza de una sociedad más libre, más justa.
A la muerte de Franco, el hermano de mi abuelo vino a Espanya alguna vez, de vacaciones, con su familia, pero ya su casa, su trabajo, su corazón y su vida estaban al otro lado de los Pirineos, y allí es donde moriría anyos después, sin llegar a ser anciano, tras sufrir una embolia que ensombreció los últimos meses de su vida.
Tras su muerte, mi familia siguió manteniendo contacto con su mujer y sus hijos. Mi abuela escribía regularmente a la mujer de mi tío abuelo (se habían casado siendo ya viejitos) y también recibía cartas suyas en una mezcla de espanyol y francés. Mi madre muy de vez en cuando hablaba también con sus hijos, ya padres a su vez (y ahora hasta abuelos).
Y si cuento todo esto hoy es porque este fin de semana, cuando mi abuela ya había preparado una nueva carta que enviar a Francia, nos llegó la noticia de que ella, la mujer que enamoró al hermano de mi abuelo, la que había sido una sexy francesita, la de la sonrisa fácil... había fallecido. La verdad es que yo no he llegado a tener nunca relación con ella, ni siquiera en dos viajes que hice a París -aunque ya no vivían en la capital, sino en un pueblito cercano-, pero ayer quise que mi madre me contara de nuevo la historia, su historia, la del hermano de mi abuelo y su mujer francesa. Porque me da pena que cuando la gente nos deja, olvidamos su historia, y con ella, nuestro pasado (seguro que además su historia es similar a la de tantos exiliados). Y por eso quería rescatarlo y dejarlo aquí plasmado. Para que no se lo lleve el viento. Para poder leerlo y recordarles. Porque mientras nos quede el recuerdo, la gente no muere del todo...
[La foto que encabeza este post es de Robert Capa, puedes encontrar información sobre él haciendo click en su nombre]
26 Susurros:
Quizás, me lleves también en tu sangre...Gacela.
Te dejo un trocito de mi mi vida, de la vida de mi madre,que me gustaría compartir contigo :
http://www.flickr.com/photos/art_es_anna/sets/72157594414042533/
Un beso,
Anna
Que linda historia, el bagaje de los abuelos, de los que han vivido tanto por este mundo, es increíble, hay tantas historias, y allí uno se puede dar cuenta que cada una de ellas ayudó a cambiar el mundo.
Saludos desde la tierra media ecuatorial.
Carlo.
Me olvidé de poner en el post anterior que tu historia me recordó mucho a mi abuela, que pasó por tantas cosas, desde encuentro con gente que ocultaba libros "prohibidos" hasta travesías por la selva amazónica ecuatoriana.
Carlo.
Una historia hermosa construida a partir de unos cimientos horribles que le tocó vivir.
woww me gusto muy bueno espeor leerte d enuevo
De verdad que historia tan impresionante para mi pues y hay muchas mas como lo dice el hermano ecuatoriano me pasaba por aca y me llamo la tencion lo que escribes muy bueno.....!!!!
Diego Meléndez
El salvador.....
Como escribes mujer!!....hasta me has hecho llorar .....gracias por compartir tus recuerdos de familia
Nada más puro y bello que compartir experiencias tan tuyas, tan cercanas y ahora, gracias a ti, tan nuestras. Eres increíble, gacela.
Una bellísima historia, y muy bien contada. Ójala esos odios que llevaron a España a enfrentarse no vuelvan a repetirse.
Un abrazo
En la familia de mi abuela nunca pasaron ninguna necesidad hasta que llegó la Guerra Cívil.En Galicia,mi tierra el levantamiento se inició rápidamente menos en Tui donde resistieron con valentía.
Había tanta hambre que hasta mi bisabuela tenía que pasar el puente ocultando la comida en medio de la ropa para alimentar a sus cuatro hijas teniendo miedo a que el Guadia Cívil que vigilaba el puente no la dejará pasar.
Te recomiendo el libro(El lápiz del carpintero)de Manuel Rivas.
También quería darte las gracias por contar las vivencias de tus antepasados porque me han abierto los ojos.Sabiendo que la historia no es sólo lo que dicen los libros sino el progreso de la conciencia de la libertad.
es preciosa,gracias por compartirla .
Hola Gacela, gusto en saludarte desde el fin del mundo (Chile). Que casualidad que leí lo de tus ancestros, porque hace pocos días se cumplió 1 año de la muerte de mi abuela y de una tía. Fue trágico:íbamos a celebrar el cumpleaños de mi abuela que había cumplido recién 90 años, y volvamos en la carretera. Ella y mi tía fallecieron y yo , mi madre y otra tía salvaron de milagro. Pero así es la vida, que se le va a hacer... ¿Qué crees tú? ¿Habrá algo más allá de la muerte? Yo creía que sí, pero ahora lo dudo, o sea, es una posibilidad, pero también puede ser que no. En todo caso, al final vamos a saber igual. Oye, si puedexs échale una miradita a mi blog que recién lo inicié hoy. Saludos.
Gracias linda n_n
Bella historia
La verdad que eso que pusiste al final es increiblemente cierto.. porque no nos podemos imaginar la cantidad de historias como estas que al morir la persona quedan olvidadas, historias increibles, interesantisimas, asi que es muy lindo de tu parte haber echo esto.
Mi abuela tuvo una historia asi como la de tu abuelo o quizas peor no lo sé, pero con la guerra mundial, yo cada vez que tengo la oportunidad le pido que me cuente porque me impresiona que para nosotros comparado con la vida de ellos es todo taan facil...
Aaaah una pregunta con respecto al blog.. como haces para poner susurros o sea para que en vez de decir 15 comentarios diga 15 susurros?
Un beso grandee
Valen
Tras mucho tiempo siguiendo tu blog desde el silencio, hoy me decido a darte la enhorabuena, me he sentido tantas veces identificada y a la vez apoyada con tus textos..
Bonita historia, y diría triste por el hecho de que tuvieron que vivir separados tu abuelo y su hermano, pero es alegre porque tu tio-abuelo consiguió hacer una vida que en españa entonces le privaban de tener...
Un besito y un pedacito de cielo para ti..
A veces estas pequeñas historias, son la verdadera Historia, más que la de los generales y los reyes.
Un saludo afectuoso desde la isla de Lanzarote...
no te das una idea lo que me conmovió esta historia... a veces es tan feo no saber la historia de tu familia, es por eso que hay que esforzarse por recuperar la tradición de transmitir nuestra historia de generación en generación.
una beso,
Euge
Sí, la lástima es que de los muertos se olvidan cuando mueren los suyos. LA historia de tu familia los mantendrá vivos si tú le cuentas a tus hijos y éstos a los suyos...
Es realmente loable lo que tuvieron que hacer nuestras generaciones anteriores para poder sobrevivir, apartándose para ello de su familia y de su casa por una dictadura estúpida. Historias que reflejan un sufrimiento, la vergüenza de una situación que nunca más se debe volver a repetir.
Gracias por compartir esta gran historia de personas que gracias a su sufrimiento y su inconformismo hoy podemos vivir para contarlo en un entorno mejor.
Un besito
Una vida es tan particular, y a veces las historias personales son tan parecidas en tiempos del horror y la barbarie. Mis abuelos también dejaron hermanos en el exilio de Francia. La pena es perder el contacto con las generaciones posteriores pese a ser de una misma familia.
que linda historia...
lo mas hermoso es que son aquellas las que marcan tu identidad...
Guau... Mis abuelos tambien, como los tuyos, sufrieron la Guerra Civil, estuvieron en campo de concentracion en Francia, justamente, pero ellos al salir no se quedaron alli. Necesitaban algo mas lejano, donde poder olvidar, y llegaron a Mexico en el ultimo barco que zarpo. A partir de ahi, mis abuelos (y dos de sus hijas, mi padre ya nacio aca) se hicieron mexicanos, diciendo siempre que ellos eran mas mexicanos que cualquiera, por que ellos asi lo habian escogido. Mi abuelo nunca regreso a España, mi abuela si.
Logre ir a Barcelona (donde vivieron muchos años antes de la guerra) con mis padre, y cosa curiosa: soy mexicana y muy orgullosa de serlo, pero tambien se de donde viene mi sangre y te juro que se siente: España me encanto, la senti patria tambien, y deseo con toda el alma regresar algun dia.
Preciosa historia la de tus abuelos, y escribes bellisimo!!
Bravo! Es lo único que alcanzo a decir, pues me sobran las palabras ante este relato familiar, tierno y duro, que logró emocionar a este desconocido.
me encanta leer este tipo de relatos, me ponen la pield e gallina, es bueno no perder la memoria para tener un futuro mejor.. surte...
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