jueves, julio 31, 2008

Cara A. Cara B.

Casette

Porque siempre, en cada paso que doy, hay dos caras, como en las antiguas casettes que aún algunos tenemos rodando por casa... estas son las dos caras de julio:

En la cara A, los nervios y la indecisión previa a las vacaciones. ¿Dónde ir, habiendo tantos sitios por descubrir? Grecia ya lo miramos en una ocasión y acabamos quedándonos con las ganas, ¿podría ser este año el destino escogido? A él le apetce conocer las islas Canarias y yo tampoco he estado nunca en ellas, buen tiempo asegurado y relax y desconexión también... y además es bastante más asequible que la opción de Grecia, que tendrá que seguir esperando otro año más. Y allá que vamos, rumbo a Lanzarote. La estancia allí merecería un post específico de esos de "Postales: Gacela en Lanzarote", así que aquí tampoco voy a revelar demasiado más. Sólo que fueron ocho días disfrutando entre mimos, charlas, risas y agua de mar. Y a la vuelta, descargar las fotos, que es otra vez como revivir el viaje de manera resumida, y ensenyarlas a quien quiere sufrir la sesión de fotos, que vuelve a ser revivir una vez más el viaje. Y esa sería la cara A.

En la cara B, el lado oscuro de mi cabeza que consigue volver a tomar el mando. Me da de tregua los días luminosos de Lanzarote, pero a la vuelta, la oscuridad me atrapa. Ya antes de irme amagaba con los primeros coletazos, llanto ahogado en algún rincón de la oficina y en el metro o en el autobús, cápsulas rosas en la garganta para conseguir comportarme como la persona normal que no alcanzo a ser. Y a la vuelta arremete de nuevo contra mí y me tira al suelo, apareciendo más lágrimas. Y de nuevo la tormenta tan bien conocida, la desesperanza, el saber que estoy metida en un ciclo que siempre me lleva al mismo punto, escapando a mi control... Y esa sería la cara B.

Aunque sabes que las dos caras de la cinta tienen la misma duración, la cara B se hace eterna, imposible de sobrellevar, demasiado pesada para unos huesos que a fuerza de arrastrar demasiado peso se han ido resquebrajando.

Y este radiocasette no tiene stop, ni fast forward ni rewind, sólo puedes esperar a que pase el tiempo y la cinta se detenga por sí sola, o dé la vuelta como si cambiase el viento.

Cara A.

Cara B.

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