sábado, septiembre 30, 2017

31 recomendaciones para #LeoAutorasOct (y una de propina)


En octubre del año pasado conocí la iniciativa "Leo Autoras Octubre" por las redes sociales (en Twitter se creó el hasgtag #LeoAutorasOct), que consistía simplemente en eso, en que todas nuestras lecturas durante ese mes fueran de autoras mujeres. Yo, como ya conté un poquito al final de este post, no fue hasta entonces cuando me hice consciente del brutal desequilibro que había en mis lecturas entre autores hombres y autoras mujeres, y desde entonces he venido intentando activamente corregirlo (y de hecho creo que sólo eso, corregir activamente, priorizando las obras escritas por mujeres en nuestras lecturas, es lo que puede paliar el desequilibrio: si insistimos en el "yo no me fijo en el género del autor" va a ser seguro que si revisas tus estanterías habrá un porcentaje increíblemente favorable a los hombres, simplemente por editarse más, publicitarse más, colocarse mejor en las librerías, etc. Si eliges "no priorizar a nadie", de hecho estás priorizando a los hombres -y perdiéndote lecturas estupendas que están invisibilizadas).

Este año vuelve la iniciativa durante todo el mes, puedes encontrar info en el blog específico que se ha creado para esto, y por supuesto, durante todo el mes en el hashtag de Twitter #LeoAutorasOct (accede directamente haciendo click si quieres). También el 1 de octubre entrará en funcionamiento la cuenta @LeoAutoras a la que podrás seguir. Y por supuesto, todas podremos participar todo el mes, leyendo autoras, hablando sobre nuestras lecturas y recomendando libros escritos por mujeres utilizando el hashtag #LeoAutorasOct para facilitar la difusión.

Mi aportación inicial ha sido hacer una revisión de mis estanterías y mis lecturas para recomendar 32 obras hechas por autoras mujeres (una para cada día del mes, y una extra de propina). Hay distintos géneros (aunque las recomendaciones que yo vi más frecuentes el año pasado pertenecían a la ciencia ficción y la fantasía, pero la iniciativa habla de cualquier autora mujer, y aunque esos dos son también mi género favorito, yo he mezclado obras de aquí y allá, dentro y fuera de la ciencia ficción y la fantasía), también hay distintos formatos, y por supuesto distintos motivos por las que recomiendo justo estas. Muy poquitas de ellas aún no las he leído pero me esperan en la estantería con ganas. Es variado, así que estoy convencida de que es fácil que dos o tres puedan llamarte la atención y puedas disfrutarlas si las escoges entre tus lecturas del mes.

Y en fin, allá vamos. De cada libro aquí dejo unas (muy) poquitas frases breves. Si algo te llama la atención, te animo a buscar más info para decidirte o, si lo prefieres, buscar directamente el libro y adentrarte un poquito a ciegas.

31 recomendaciones para el #LeoAutorasOct de 2017 (y una de propina)
  1. 36, de Nieves Delgado (Cerbero): Novela breve / Relato largo, ciencia ficción, inteligencias artificiales, identidades y etiquetas...
  2. ¿Dónde está mi tribu? Maternidad y crianza en una sociedad individualista, de Carolina del Olmo (Clave Intelectual): ensayo, maternidades en el capitalismo, soledades y miedos, redes de apoyo mutuo y fuerzas compartidas, saberes usurpados a las mujeres en nombre de la Academia (patriarcal)...
  3. 10 ingobernables. Historias de transgresión y rebeldía, de June Fernández con ilustraciones de Susanna Martín (Libros del K.O.): ensayo a través de entrevistas, feminismos compartidos, realidades y desmitificaciones y visibilización y reconocimiento de mujeres que están luchando y levantándose colectiva o individualmente.
  4. Alucinadas, de varias autoras (tres volúmenes por ahora en Palabaristas Press y Sportula): antologías de relatos de ciencia ficción todos de autoras mujeres. (Estos tres son de esos que me esperan en las estanterías)
  5. Autobiografía, de Angela Davis (Capitan Swing): tampoco avanzo nada porque también me está esperando en la estantería todavía.
  6. Beatriz y los cuerpos celestes, de Lucía Etxebarria (Planeta): novela, relaciones amorosas, adolescencias tardías, tonteos emocionales y con drogas, (buen) recuerdo de mi adolescencia que entonces subrayé y subrayé. Hoy sería probablemente distinto ;-)
  7. Cuando Hitler robó el conejo rosa, de Judith Kerr (Alfaguara): infantil/juvenil, releído hasta la saciedad desde los 80 y aún en mi estantería. Huidas, soledades, incomprensión, impotencia, enfados, decisiones ajenas que nos superan, aprendizaje de un idioma, nuevos comienzos difíciles, esperanzas que hacer propias.
  8. Cuentos de hadas, de Angela Carter (Impedimenta): relatos, fantasía y mujeres como protagonistas; lo tenía todo para que lo pillara y me espere en la estantería.
  9. El cuento de la criada, de Margaret Atwood (Salamandra): novela de ciencia ficción distópica y feminista, ¿cómo no estar también en mi lista de pendientes?
  10. El diario de la princesa, de Carrie Fisher (Nova): Ensayo / memorias, Leia de carne y hueso, y Han Solo de cartón piedra. Diarios postadolescentes que ojalá no hubiera entendido tanto desde mi anonimato.
  11. El país bajo mi piel. Memorias de amor y de guerra, de Gioconda Belli (Txalaparta): Ensayo / memorias, poesía y periodismo y revolución y guerrilla, Nicaragua sandinista, guerrilleros machistas de más, amores pasionales, construcción de mundos nuevos.
  12. El pequeño vampiro, de Angela Sommer-Bodenburg (Alfaguara): colección infantil fantástica que adoré y seguramente me enseñó paciencia porque tenía que esperar meses para que fueran editando títulos nuevos. Familia complicada por aquello de beberse la sangre de tus amigos, dormir en ataúdes y que tus padres no protesten, vampiras valientes con dientes de leche... Haber conservado solo algunos porque otros quién sabe es de esas cosas que me reprocho aún.
  13. El señor del tiempo, de Louise Cooper, trilogía formada por El iniciado, El proscrito, El orden y el caos (Timun Mas): novelas de fantasía clásica, magia, mundos inventados que tienen sentido, dualidad bien / mal, aprender a amar el género fantástico en la adolescencia y desde entonces hasta ahora.
  14. Feminismo para principiantes, de Nuria Varela (Ediciones B): ensayo, feminismos, mujeres en la historia, batallas ganadas y (muchas más) luchas pendientes, conceptos claves, puerta abierta a muchas más lecturas, ya con gafas violetas puestas.
  15. Galatea, de Melisa Tuya (Lapsus Calami): novela de ciencia ficción, colonización en un planeta lejano, personajes fuertes con contradicciones fuertes que no siempre se reconocen, límites difusos entre lo humano, lo robótico, lo artificial, y también entre lo ético, lo cruel, lo estratégico, y entre la obediencia debida y la lealtad.
  16. La fiesta de Delirio, un cuento de los pequeños Eternos; de Jill Thompson (ECC Cómics): cuento ¿infantil/juvenil? ilustrado, delicia de brillos delirantes que nos acompañan en la Desesperación y ahí en medio, también nos hacen sonreír.
  17. La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin (Minotauro): novela clásica de ciencia ficción, feminismos, diversidades, identidades que fluyen, sociedades alienígenas que nos invitan a reflexionar sobre nuestro propio binarismo.
  18. La quinta estación, de N. K. Jemisin (Nova): ciencia ficción escrita desde la diversidad, desde el reconocimiento y la visibilización de las opresiones. Me hace guiños desde la mesilla de noche de mi chico.
  19. La voz dormida, de Dulce Chacón (Alfaguara): novela que rescata la memoria de las mujeres republicanas en la España de la guerra civil y franquista, las mujeres encerradas en cárceles, despojadas de su voz, su comida, su pelo. Mujeres como mi abuela y sus amigas -algunas salen en la novela-, como tantas abuelas que hoy ya no están y siguen estando a la vez.
  20. Las nieblas de Avalón, de Marion Zimmer Bradley (Salamandra): revisitación del mito artúrico desde el punto de vista de las mujeres de la h/H_istoria. Ojalá en mi estantería.
  21. Los besos en el pan, de Almudena Grandes (Tusquets): relatos enlazados o novela coral, mosaicos de un barrio post 15M que quizá sea el mío, luchas vecinales, soledadades, defender el ambulatorio o a la familia que quieren desahuciar, organizar un banco de alimentos, construir red sin ser siempre consciente.
  22. Mala feminista, de Roxane Gay (Capitan Swing): ensayo feminista, recopilación de artículos, necesidad de hacer comunidad, libros refugio, necesidad/deber de luchar, intersección de opresiones de género y de raza, Scrabble, cambios que empiezan con una persona levantando su voz... y tras ella, llegan más. 
  23. Mi maravillosa librería, de Petra Hartlieb (Periférica): novela protagonizada por una librería y su librera, sueños que se mezclan con calculadoras, jornadas laborales que no acaban, duas que entre libros son siempre más dulces.
  24. Mujeres, de Carol Rossetti (Kailas): libro ilustrado, mujeres, diversidad, libertad, dignidad, fuerza interior recogida en tantos dibujos y pocas frases, para volver y volver a hojearlo.
  25. Persepolis, de Marjane Satrapi (Norma Editorial): novela gráfica, infancia y adolescencia en Irán, cambios sociales, religiosos, personales, ventana no-desde-el-prejuicio a esa realidad bastante distinta de nuestras cotidianeidades.
  26. Polifonía amorosa, de Laura Latorre (Bellaterra): mosaico de relatos -con distintos formatos, lenguajes, voces- con la temática de las relaciones amorosas diversas de fondo, sin pretender ser ninguna de ellas modelo sino intentos de ser libres y felices. 
  27. Quién quiere ser madre, de Silvia Nanclares (Alfaguara): novela autobiográfica, maternidades que se entremezclan con duelos, deseos que se mezclan con miedos (¿se realizarán, no, quiénes seremos en cada caso?, y todo hecho desde el sentido del humor y la lucidez y un tictac que anda detrás.
  28. Sarah´s Scribbles: Crecer es un mito, de Sarah Andersen (Bridge): cómic demasiado cortito, entrañable, TIERNO, que no sé cómo me mira dentro y saca dibujos de cosas que me asustan si las miro yo sola, pero sonrío al reconocerlas en sus páginas.
  29. Si supieras que nunca he estado en Londres, volverías de Tokyo, de María Sirvent (El Aleph): novela sencilla desde el dolor y la desgana tras una ruptura romántica que subrayé y subrayé reconociéndome en más párrafos de los que hubiera querido.
  30. The power, de Naomi Alderman (Roca Editorial): novela de ciencia ficción especulativa con perspectiva feminista que aún me hace ojitos en mi estantería.
  31. Trincheras permanentes. Intersecciones entre política y cuidados, de Carolina León (Pepitas de calabaza): ensayos políticos en la retaguardia, revoluciones de cuidados, colectivos sociales que apuestan por priorizarlos y no siempre ganan, pero la apuesta está hecha y eso ya también es ganar un poquito.
Y la bola extra de propina: 
Wonder Woman, la verdadera amazona, de Jill Thompson (ECC Cómics): cómic, superheroína, conflictos y contradicciones internas, maternidades con decisiones no siempre fáciles, fuerza, ¡esas acuarelas!

[Espero que alguno de estos títulos os llame un poquito la atención y os animéis a pillarlo y leerlo en octubre dentro de esta iniciativa. Seguro que podréis encontrar muchas más recomendaciones en los enlaces que ponía al inicio, el hashtag, el blog... ¡y hacer las vuestras también!]

Etiquetas:

miércoles, septiembre 20, 2017

Las canciones que nos salvan de la mierda

Hay días terribles de cabezas totalmente revueltas, de pensar si renuncias a tanto y te vas a Urgencias o aguantas en casa, si eso será ponerte en riesgo o será cuidarte porque el riesgo quizá sería precisamente ponerte en manos de aquellos en quienes ya no confías, no puedes confiar, ahora que detectas claramente sus violencias, las obvias y las más sutiles (me decía una amiga hace poco, cuando le decía que mi empoderamiento en salud mental se ha cargado las relaciones con mis profesionales, que es que el empoderamiento se carga -lógicamente- las relaciones de poder, las relaciones con quienes abusan de su poder).

En estos muchos años ya conociéndome, he aprendido qué cosas me sirven y qué cosas me ayudan en esos momentos críticos y en los menos críticos también, en mi vida cotidiana -algunas muy prácticas y concretas, otras más abstractas y quizá también complicadas-.

Hace unos cuantos sábados a inicios de mes fue uno de esos días terribles, complicados, cuesta arriba, hasta-aquí. Y no podía y me ahogaba y decía y me desdecía a cada instante y qué tarde, UF. Y tuve un ratito de pensar "recuerda, Gace, qué te ayudaba", y recordé que cantar, cantar alto, cantar a gritos si hace falta, cantar canciones tristes o menos tristes que tengo asociadas a buenos momentos vividos en el pasado, poner la música en el ordenador y subir el volumen para acallar la basura en mi propia cabeza y buscar la letra en Internet y leerla en la pantalla, cantarla en un karaoke privado que me sana y me rescata... eso me sirve, me protege en esos momentos que ojalá no tuviera que vivir, pero vivo y me cuestan y tengo que encontrar estas estrategias que me facilitan la supervivencia.

Así que eso hice ese sábado negro, repetir algunas canciones cantándolas bien alto en bucle mientras me salvaba un poquito a la vez. Y quería traer tres de ellas aquí también:

MY SKIN (Natalie Merchant)


Take a look at my body 
Look at my hands 
There's so much here that I don't understand 
Your face-saving promises 
Whispered like prayers 
I don't need them

'Cause I've been treated so wrong, 
I've been treated so long 
As if I'm becoming untouchable

Well, contempt loves the silence, 
it thrives in the dark 
With fine winding tendrils that 
strangle the heart 
They say that promises sweeten the blow 
But I don't need them, no I don't need them

I've been treated so wrong, 
I've been treated so long 
As if I'm becoming untouchable

I'm a slow-dying flower 
In the frost-killing hour 
Sweet turning sour and untouchable

Oh, I need the darkness, 
the sweetness, 
the sadness, 
the weakness 
Oh I need this 
I need a lullaby,
a kiss goodnight,
angel, sweet love of my life 
Oh I need this

I'm a slow-dying flower 
Frost-killing hour 
The sweet turning sour and untouchable

Do you remember the way that you touched me before 
All the trembling sweetness I loved and adored 
Your face-saving promises 
Whispered liked prayers 
I don't need them

Oh, I need the darkness, 
the sweetness, 
the sadness, 
the weakness 
Oh, I need this 
I need a lullaby, 
a kiss goodnight,
angel, sweet love of my life 
Oh, I need this

Well is it dark enough 
Can you see me 
Do you want me 
Can you reach me 
Oh, I'm leaving
Better shut your mouth, and hold your breath 
You kiss me now, you catch your death 
Oh, I mean this 
Oh, I mean this


BLANCO (Silvio Rodríguez)


Todos los días se pinta de blanco
sale a la calle llena de colores,
y a cada minuto recibe un brochazo en la piel,
su espalda, sus manos, su rostro
van siendo invadidos por luces y sombras,
se le van encendiendo de fiebre y de frío,
de forma que cuando regresa y se mira no está,
mas vive bajo su avalancha,
mas vive bajo su avalancha.

Ahora está sin salir, casi nadie merece su amor,
pero saldrá cuando vayas por él.
Ahora te espera en su tumba ambulante, llena de color,
hasta que tú la deshagas de amor.

Ahora te espera de noche en su cuarto
hasta que quieras entrar a salvarlo
de lo que nunca ha elegido y arrastra con él.
Tú que de un beso lo configuraste,
tú que le echaste más blanco y lloraste
eres la vieja navaja que espera su piel.

Quiere blasfemar contigo de Dios, de los hombres y de él,
quiere llegar más allá de la luz.
Quiere destruir las flores con que se engañaron los dos,
quiere arrancar de su tierra una cruz.

Quiere olvidar que ha crecido educado
quiere a tu hijo para empinarlo
como un papalote invencible
vencedor del sueño.
Quiere decirle a cada vecino
que salga de sus miserables paredes
que tome la vida de ustedes, que no haya escondrijos,
y espera que vayas por él,
y espera que vayas por él.

Él no te espera mujer a que vayas a hacer el amor
mas bien la guerra es lo que quiere hacer
con veintipico de fechas respalda su sana elección
con veintipico de muerte es su amor.


[Como curiosidad, según donde busques la letra, en algunos sitios la frase de "mas vive bajo su avalancha" la interpretan como "malvive bajo su avalancha"]



LÁGRIMAS NEGRAS (Jesús Cifuentes)


Solo
y en silencio
empiezo a recordar una y mil cosas.
Juego 
con el tiempo
quisiera suprimir los malos sentimientos.
Y quedarme solo contigo y el viento 
que acaricia tus mejillas llenas de lágrimas negras…
no puedo perder más tiempo.
Solo
a tu encuentro
no quiero dibujar más corazones.
Siento 
algo por dentro
¿existe otra razón para seguir viviendo?
Que quedarme solo contigo y el viento 
que acaricia tus mejillas llenas de lágrimas negras…
no puedo perder más tiempo.
No voy a salir
necesito dormir
la noche me ayuda a pensar.
Si quieres venir sabes que estaré aqui
no podemos perder tiempo,
no…
Solo
y en silencio
quisiera suprimir los malos sentimientos.

Etiquetas:

viernes, septiembre 15, 2017

Esto NO es cuidar (I)

Extracto del relato: "Quería que nos conociésemos. Tenía que explicarle qué debía hacer y qué no debía hacer a lo largo de todos los días de su vida, y para ello solo contaba con todos los sábados de nuestra vida".

En uno de los relatos del libro "Vástagos", que acabo de terminar, esta frase se presenta dentro de una historia escrita toda en plan "mirad qué buen padre, cuánta ternura, qué de amor y cuidados", con cero crítica.

"Quería que nos conociésemos. Tenía que explicarle qué debía hacer y qué no debía hacer a lo largo de todos los días de su vida, y para ello solo contaba con todos los sábados de nuestra vida"

¿Cuánta gente acepta(mos) acríticamente que las personas que nos cuidan o aprecian asuman este papel? Nuestros padres, nuestras madres, nuestras parejas, nuestras psiquiatras, nuestras médicas, nuestras hijas...

"Es porque se preocupan", dice el discurso oficial. "Tú no puedes tomar las mejores decisiones" (por ser pequeña/menor, o por ser anciana, o por ser mujer, o por ser irresponsable, o por no tener conocimientos suficientes -ay, todos esos títulos que nunca colgarán de ninguna pared de ningún despacho-, o por estar mal de la cabeza -el "calla, loca", siempre acechando-, o por X), es el discurso oficial.

"Cuando seas madre lo entenderás", dice el discurso oficial. Horror.

Espero no entenderlo nunca. Espero que si adopto este discurso alguna vez con alguien (hijo, hija, pareja, madre, X... especialmente si es hacia cualquier persona sobre la que el sistema o las circunstancias me hayan situado en posición de poder), espero como digo que otro alguien, si es que la propia persona no fuera capaz de hacerlo en ese momento de su proceso, me ayude en ese momento a cuestionarme y revisarme la prepotencia y el autoritarismo que desprenden esas frases. 

No necesariamente sé lo que es mejor para ti porque no estoy en tu piel, no todos necesitamos ni nos ayudan ni nos sirven las mismas cosas. Podré hablarte desde mi experiencia -práctica y teórica si quiero y quieres-, porque quizá encuentres, o encontremos juntas si prefieres, cosas en ella que te sirvan.

No necesariamente sabes qué es lo mejor para mí porque no estás en mi piel, no todos necesitamos ni nos ayudan ni nos sirven las mismas cosas. Ofréceme hablar de tu experiencia práctica y si quieres, también teórica que puedas conocer -dentro o fuera de la Academia formal-, y ojalá encontremos, si te apetece acompañarme, cosas en esa experiencia que me sirvan.

Explicarme qué debo hacer y qué no debo hacer, cada día de mi larga o corta vida; seas mi madre, seas mi hermano, seas mi amiga, seas mi pareja, seas mi compañera en el Grupo de Apoyo Mutuo, seas un activista en salud mental con años de experiencia a tus espaldas, seas un político de primera línea o de retaguardia, seas mi (¿un?) cuñado, seas mi médica, seas mi enfermera, seas mi psiquiatra, seas mi abogado, seas mi educador; seas mi profesor, seas mi frutero; seas quien seas... Eso NO es cuidar.