Domingos robados al calendario
No vas de cara, y eso es una de las cosas que no voy a perdonarte. Que atacas veladamente, que das a entender que el problema es otro cuando yo sé el origen de tu malestar y tú sabes el origen del mío. Pero le das la vuelta a la situación, retorcida como eres, manipuladora, egocéntrica y lista.
No debes de estar acostumbrada a que te lleven la contraria, a que no te den la razón en todo, a que no te lleven las maletas escaleras arriba con una sonrisa en los labios y sin pedir nada a cambio, sólo por el placer de complacerte. No debes de estar acostumbrada a tratar con otros de igual a igual, acostumbrada a manejarte en situaciones en las que tú tienes el poder y el resto obedecen. Si no, no se explica que no sepas tratar con companyeros y que des órdenes esperando que sean instantáneamente cumplidas, como si fueras el centro del universo y tus preocupaciones fueran más importantes que las del resto.
Estás enrareciendo el ambiente y ni siquiera os avenís a intentar solucionarlo cara a cara, pidiendo perdón o simplemente admitiendo que ha habido una metedura de pata y que quizás las formas no han sido las mejores. Pero no, es mejor desviar la atención, hablar del ¿problema? B en vez del que realmente late debajo, echar balones fuera y esperar un linchamiento en la plaza pública que os dé la razón.
No me gusta dejar que los regalos se deshagan hasta convertirse en charcos mojados, no me gustan las despedidas y de este espacio he sacado quizás los mejores momentos del último anyo y medio. Pero quizá el domingo esté llegando a su fin y tenga que hacer frente al temido lunes, al gris lunes, al nuboso lunes. Porque si el domingo lo puebla gente como tú, deja de ser lugar para mí, para nosotros.
Aún me resisto, pero es posible que, incluso sin quererlo, sin haberlo elegido libremente, toque buscar nuevos proyectos donde volcar mis energías, espero que con esa gente que me ha acompanyado este tiempo y con la que he tejido lazos, redes, afectos; con la que he aprendido a expresar opiniones y que mi trabajo es valioso. Si el domingo es tu reino y nos tomas por súbditos, te dejaremos sola con tu corona recién comprada en la hamburguesería y nos iremos donde no haya reyes ni reinas y todos estemos en el mismo escalón. Lo sentiré por el domingo, que se irá apagando, que se transformará en qué sé yo.
O quizás... quizás nos llevemos todos los domingos con nosotros, y los sábados y los viernes, y os dejemos con los lunes grises y nublados a vosotras, a que os peleéis los relojes que andan lento o se atrasan, mientras nosotros construimos un calendario nuevo que llenar de proyectos compartidos, ilusionantes y enriquecedores. En el que cada día siga siendo ese domingo que se quedó para siempre. En el que no tenga esta angustia en el borde de la garganta. En el que no tenga que escribir a casi las dos de la madrugada para poder desahogarme y conciliar el suenyo mejor...
LastChild susurró... Awake susurró... Camaleona susurró... Sol susurró... jornalerodelagloria susurró...