Un año a través de sus libros (III)
Seguimos con el resumen de mis lecturas del 2016, gracias al registro que voy haciendo de ellas en Goodreads. Este post ya es la tercera parte (y, por increíble que parezca, ¡última!), encuentras aquí la primera, y aquí la segunda.
- De pronto, mi cuerpo: Una memoria, de Eve Ensler (★★★★): La autora de este libro, autora también de los "Monólogos de la Vagina" y que había trabajado con mujeres víctimas de violencia sexual y abusos -un poco obviando los que ella misma había sufrido y de los que se ha desconectado-, nos cuenta en este libro cómo tras sufrir un diagnóstico de cáncer avanzado, se ve obligada a re-conectar con ese cuerpo olvidado, a asumirse vulnerable, a aceptar que ella también necesita. Es muy interesante aunque a ratos bastante duro. Me impactó bastante y, de hecho, ya ha tenido hueco varias veces en el blog a raíz de esa lectura y las cosas que me trajo a la cabeza, aquí, aquí y un poco más aquí.
- Generación A, de Douglas Coupland (★★): Cuando leí la contraportada me pareció una planteamiento interesante: un futuro cercano en el que las abejas se han extinguido pero de repente cinco personas distintas en cinco puntos del planeta, son picadas por una abeja, con lo que de pronto, el Gobierno las junta para estudiarlas, interrogarlas, etc. Pero no me ha gustado cómo el autor va resolviendo la historia, además de que a partir de un punto determinado, los personajes se dedican a contar cuentos uno tras otro en turnos, con lo que el libro se vuelve un libro de relatos (con los que además no conectaba o directamente me aburrían) en vez de la novela de ciencia ficción o distópica que creí estar comprando. Mala elección por mi parte.
- Los hombres me explican cosas, de Rebecca Solnit (★★★): Es curioso, tengo mejor recuerdo de este libro que las estrellas que veo que le asigné en su día, ahora pensaría en darle al menos cuatro. Es una recopilación de artículos desde un punto de vista feminista que van desde el que da título al libro, creo que el más ligero, hablando sobre lo que se conoce como mansplaining, hasta análisis más duros de la violencia que ejercen los hombres sobre las mujeres. El libro me ha gustado, y la autora acaba con un mensaje optimista, quizá hasta más optimista que mi propia visión sobre el tema.
- Sarah's Scribbles: Crecer es un mito, de Sarah Andersen (★★★★★): Me gustó muchísimo, ya conocía a la autora de ver publicadas sus viñetas en redes sociales y el libro me ha encantado. Creo que la protagonista es entrañable y podemos identificarnos con ella, con ese no querer salir de debajo del edredón en los días grises, no querer quitarnos el pijama, encontrar pequeños momentos de intensa felicidad en las páginas de un libro o acariciando a nuestro gato... Muy recomendable, aunque se lee en un ratín y deja con ganas de más :-)
- 10 ingobernables. Historias de transgresión y rebeldía, de June Fernández (★★★★): June es periodista y una de las coordinadoras y redactoras en la revista feminista Píkara Magazine (que me gusta mucho). Por eso cuando supe que publicaba libro, no me lo pensé. El libro es interesante, recoge diez historias de personas o colectivos que, en algún sentido, no "encajan" o se han rebelado, como dice el título. Alguna cosa me ha chirriado (una mención a la enfermedad mental de un padre maltratador como supuesta causa y explicación de dicho maltrato, contribuyendo a alimentar el mito -demostradamente falso- entre locura y violencia), pero el conjunto del libro me parecía recomendable. Gordofobia, transexualidad, feminismos... Rescato el concepto de que es precisamente la concepción de la transexualidad como una enfermedad, lo que acaba enfermando; y también una frase de otra protagonista, Juanita: "reconocernos como vulnerables es un derecho".
- Martina, la rosa número trece, de Ángeles López (★★★): Cuenta novelada la historia de Martina Barroso, una de las trece mujeres (mayoritariamente menores de edad) que fueron encarceladas y posteriormente fusiladas el 5 de agosto del 39 por el franquismo, sólo por sus ideas políticas distintas al régimen impuesto. Aunque el estilo de la autora al escribir no me ha convencido mucho, recuperar la memoria de Martina y sus compañeras (y la de tantas más) me parece tan necesario que me ha compensado.
- Sally Heathcote: Sufragista, de Mary M. Talbot, Kate Charlesworth y Bryan Talbot (★★★): Este cómic sobre la historia del movimiento sufragista y su reclamo del voto femenino contada a través de una protagonista que no existió como tal -la doncella Sally Heathcote- acompaña de muchas otras mujeres que sí son personajes históricos reales, resulta informativo, amenos, interesante, y cuenta una historia que es necesario difundir. Sin embargo el dibujo no me ha gustado mucho, los rasgos de los distintos personajes tienen tan poco detalle que a veces me resultaba inevitable confundir a unas mujeres con otras (excepto a la protagonista, más por su pelo naranja en un dibujo mayoritariamente en blanco y negro). Hubiera agradecido mayor detalle para perderme menos y situarme mejor.
Hasta aquí hemos llegado. Han sido un total de 29 libros, de los que 17 han sido de autores, 2 mixtos porque tenían varios autores y autoras -aunque aquí no he mirado proporción, la verdad-, y 10 de mujeres. Destaco esto porque en octubre, que supe por redes de la iniciativa #LeoAutorasOct, me hice consciente del brutal desequilibrio que había entre autoras mujeres y autores hombres en mis lecturas habituales. La media del año no es tan terrorífica -y es un 17 frente a 10, que sí hay un fuerte desequilibrio-, porque desde que me hice consciente, en ese último trimestre leí prácticamente solo autoras -aumenté mis lecturas con un libro escrito por un hombre y cinco escritos por mujeres-. Y si lo explico es para quejarme, desde la autocrítica, de que cuando decimos que "yo no me fijo en el sexo de quien escribe, solo en si la obra me gusta / me atrae / es buena", cosa que yo misma quizá haya dicho, pues si mantenemos esa postura, ya te adelanto yo el resultado: vas a leer muy poquita literatura o ensayo creado por mujeres. Porque si no nos fijamos, si vamos a la mesa de novedades -o a la de clásicos, que me da lo mismo-, las editoriales, las tiendas, el sistema en conjunto... invisibiliza a las autoras mujeres. Y esto quiere decir que -menos en algún género que también desde el sexismo se asocia a lo femenino, como romántica o quizá juvenil-, las obras de autoras están menos expuestas y accesibles, que están en peores lugares, en menos mesas de novedades, que seguramente también se editan menos (sobre esto, la escritora Iria G. Parente hizo unas simples cuentas en una librería un día de octubre y compartió los resultados en su Facebook).
Y es que estoy bastante convencida de que si no haces un esfuerzo consciente por, sí, fijarte en si los autores de los libros que compras son hombres o mujeres, y de hecho, empezar a buscar y priorizar mujeres -yo he elegido seguir leyendo a algunos hombres también, aunque visto lo visto, me parece muy fácil que algún año no haya habido ninguna mujer entre mis lecturas, y quizá plantearme un año (o X) sólo de mujeres también molaría-, si no haces esto... pues estás haciendo lo contrario, priorizar hombres y perderte un montón de libros de mujeres súper interesantes que se te pasan por alto si no haces esa visibilización y esfuerzo consciente del que hablo. Puede que haciéndolo, simplemente niveles un poco y leas más o menos igual de ambos géneros, pero si seguís con la frase de "yo es que no me fijo en el género de quién escribe sino en la calidad de la obra", pues analizadlo un poco y a ver qué encontráis. A mí, que me considero feminista y nunca diría "ay, no, este libro no lo cojo porque es de una mujer", pues resultó que apenas leía mujeres. Yo misma me sorprendí. Y solo quería aprovechar este último post de balance y resumen de mis lecturas de 2016 para compartir también esta reflexión por si a alguien le sirve, como me está sirviendo a mí, para descubrir historias y reflexiones creadas por mujeres que pueden ser súper valiosas y a lo mejor nos las estamos perdiendo a puñados.
Y es que estoy bastante convencida de que si no haces un esfuerzo consciente por, sí, fijarte en si los autores de los libros que compras son hombres o mujeres, y de hecho, empezar a buscar y priorizar mujeres -yo he elegido seguir leyendo a algunos hombres también, aunque visto lo visto, me parece muy fácil que algún año no haya habido ninguna mujer entre mis lecturas, y quizá plantearme un año (o X) sólo de mujeres también molaría-, si no haces esto... pues estás haciendo lo contrario, priorizar hombres y perderte un montón de libros de mujeres súper interesantes que se te pasan por alto si no haces esa visibilización y esfuerzo consciente del que hablo. Puede que haciéndolo, simplemente niveles un poco y leas más o menos igual de ambos géneros, pero si seguís con la frase de "yo es que no me fijo en el género de quién escribe sino en la calidad de la obra", pues analizadlo un poco y a ver qué encontráis. A mí, que me considero feminista y nunca diría "ay, no, este libro no lo cojo porque es de una mujer", pues resultó que apenas leía mujeres. Yo misma me sorprendí. Y solo quería aprovechar este último post de balance y resumen de mis lecturas de 2016 para compartir también esta reflexión por si a alguien le sirve, como me está sirviendo a mí, para descubrir historias y reflexiones creadas por mujeres que pueden ser súper valiosas y a lo mejor nos las estamos perdiendo a puñados.
Etiquetas: Libros